El 1 de junio comenzará la temporada de huracanes en el Atlántico, que cada año afecta a Texas, Luisiana, Georgia, Nueva York y, sobre todo, a Florida. En 2024, estos eventos provocaron la muerte de más de 200 personas y pérdidas materiales superiores a los 217.000 millones de dólares. El mismo día comenzará la temporada de huracanes en el Pacífico central, que amenaza a Hawai, donde el año pasado se produjeron daños de unos 250 millones de dólares. La Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), encargada hasta ahora de responder ante los damnificados, no atraviesa su mejor momento. En el punto de mira del presidente Donald Trump, los recortes propuestos a FEMA sobrepasan los 646 millones de dólares, lo que ha provocado la salida de unos 2.000 de sus empleados.