¿Quién pierde y quién gana?

hace 3 horas 5

“Por ahora queda esperar que el proceso siga su rumbo, que la justicia actúe en derecho, que se brinden las garantías procesales y que se respete la división de los poderes”.

Por Juan Carlos Ospina Alzate.

  • Después de ver uno de los eventos más mediáticos del último tiempo en Colombia, ni siquiera por tratarse de un litigio extraordinario o novedoso, sino por el enfrentamiento de dos personas de alta influencia en la política del país, pudimos presenciar a la jueza Sandra Heredia emitiendo un sentido del fallo por demás supremamente extenso, incluso con alguna dosis de simbología, astrología y hasta de literatura; en la introducción se pudo escuchar la simbolización de la diosa Temis, pasando por la  alineación de los planetas y hasta el realismo mágico salió a relucir en la motivación de la sentencia de primera instancia; sin duda un estilo muy propio de algunos jueces de la República que amerita todo el respeto. No era para menos, sobre sus manos estaba el juzgamiento de quizás uno de los políticos colombianos más influyente de la historia republicana. Cabe destacar que esta es una pelea de cuatro rounds, el primero acaba de terminar, ahora se viene la segunda instancia ante el Tribunal Superior de Bogotá, el tercero será la casación ante la Corte Suprema de Justicia y el cuarto tranquilamente podrá ser la acción de tutela contra providencia judicial, si considera la defensa que durante el proceso se vulneró el derecho fundamental al debido proceso.

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    ¿Quién pierde? Esta pregunta puede tener respuestas desde diferentes ópticas; sin lugar a dudas, procesalmente, el primer round lo empezó perdiendo el expresidente Álvaro Uribe Vélez, sin embargo, por lo que estamos presenciando al exterior del proceso, es una derrota abrumadora de la democracia en Colombia, de los partidos políticos que dejaron de ser el puente entre el Estado y la ciudadanía, siendo desplazados por los “influencers” digitales. Pierde el respeto por la opinión del otro, los argumentos y el pensamiento crítico: basta observar los comentarios en las diferentes redes sociales, destilando odio, sacando de contexto lo que realmente estaba sucediendo durante la audiencia, los insultos y hasta las peleas, como se pudo presenciar a las afueras de los juzgados de Paloquemao; en conclusión, pierde la información veraz y pedagógica que debe ser un elemento indispensable en una democracia madura.

    ¿Quién gana? En este sentido, igualmente son varias las conclusiones a las que se puede llegar al respecto. Inicialmente, puede predicarse que el que dio el primer golpe procesal fue el senador Iván Cepeda Castro, quien funge como víctima en el proceso; no obstante, después de ver las reacciones tanto de algunos actores políticos como de la comunidad en general, antes, durante y después del fallo de primera instancia, bien podría inferirse que estamos ante varios “pseudoganadores”, como el estado de opinión que intenta deslegitimar el Estado de derecho,  la desinformación que nutren los estrategas políticos, expertos en la campaña negra y la posverdad, que entre otras cosas aprovechan la coyuntura jurídica procesal para especular con fines electorales; en igual sentido ganan los que se alimentan de la polarización como un arma letal para sacar del juego a los adversarios políticos.

    Para concluir cito al profesor Carlos Gaviria Díaz, cuando manifestaba que existían dos formas de cambiar el mundo, la primera, “que todos piensen como yo pienso, la segunda, que haya un profundo respeto por lo que piensa el otro”. Cada uno determinará cuál es la fórmula más simple, ahora bien, considero preciso reflexionar y cuestionar sobre el papel que estamos asumiendo cuando estamos emitiendo nuestro pensamiento a la opinión pública. ¿Realmente nos interesa el debate de ideas y de las razones?, ¿estamos dispuestos a corregir nuestros errores, cuando  en la discusión o el debate el interlocutor nos haga caer en cuenta de que no nos acompaña la razón?, ¿estamos haciendo  juicios informados?, ¿utilizamos un lenguaje respetuoso cuando interactuamos de manera personal, o  a través de los distintos medios comunicación social? Creo que es necesario bajarle al tono, que imperen la razón y la fuerza de los argumentos. Por ahora queda esperar que el proceso siga su rumbo, que la justicia actúe en derecho, que se brinden las garantías procesales y que se respete la división de los poderes, no solo en este proceso, sino en las actuaciones de todas las instituciones estatales.

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