
El periodista Néstor Arce se dirigía a España a recibir el premio Ortega y Gasset en mayo de 2022 cuando, en Costa Rica, en el propio mostrador de la aerolínea Iberia, le dijeron que no podía viajar porque su pasaporte había sido reportado como “robado” por las autoridades migratorias de Nicaragua. Que la Administración de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (TSA, por sus siglas en inglés) había emitido una alerta por su visa norteamericana, supuestamente extraviada. Hizo de todo para tratar de averiguar qué pasaba con su documento, pero el director del medio de comunicación Divergentes sospechaba lo que ocurría: el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo lo había castigado de esa manera.
