Cada vez son más frecuentes los eventos meteorológicos extremos. Las intensas y duraderas olas de calor, la alteración de los ciclos de lluvias y los cambios de las temperaturas consideradas normales para determinadas épocas del año no parecen ser pasajeros, sino que se prolongarán por mucho tiempo. De acuerdo con el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático, el aumento de las temperaturas, cuya causa es la emisión de gases de efecto invernadero producida por la actividad humana, ha alcanzado 1.5 °C en comparación a niveles preindustriales (1850-1900). Este fenómeno no es aislado, pues se manifiesta junto a otros dos procesos igualmente alarmantes: la contaminación y la pérdida acelerada de biodiversidad, conformando así lo que las Naciones Unidas denomina una “triple crisis planetaria”.