Cualquier persona con algún grado de discapacidad intelectual en Argentina será desde ahora considerada “idiota”, “imbécil” o “débil mental”. El Gobierno de Javier Milei desempolvó término ya en desuso para la evaluación de aquellos merecedores de una pensión por invalidez laboral. El decreto con la nueva escala, redactado por la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDis), mereció el repudio cerrado de las organizaciones que representan al colectivo, que lo consideraron arcaico y discriminatorio y violatorio de resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a las que adhiere Argentina.