Dos homicidios en solo dos días evidencian los riesgos de ser una persona trans en Medellín

hace 1 mes 29

Los asesinatos de las trans Karolay Castillo y Verónica Dantes, ambas venezolanas de 26 años, ocurridos con un día de diferencia, dejan en evidencia el grave riesgo de estas personas que tienen la menor expectativa de vida dentro de la población LGBTIQ+. Se estima que la mayoría no alcanza a superar los 35 años, debido a que todo el tiempo están implicadas en hechos de violencia y vulneraciones.

La alerta la lanzó el colectivo Caribe Afirmativo, luego de que después de una semana de labores de identificación en Medicina Legal se confirmara que un cuerpo hallado sobre la corriente del río Medellín el pasado 29 de julio, a la altura del barrio Caribe, era el de Karolay.

Esta persona fue vista por última vez el 24 de julio en el barrio Prado, centro de Medellín, por un habitante de calle y desde entonces se desconocía su paradero, hasta que en la mañana de ese lunes las autoridades reportaron el hallazgo de un cadáver, que en su momento quedó sin identificar y se encontraba en avanzado estado de descomposición.

La situación agudizó la crisis particular de esta población luego de que se conociera del asesinato de Verónica, en la madrugada del 28 de julio, en medio de una riña con tres hombres, que se produjo en el parque del barrio Boston, en un hecho que dejó tres personas capturadas.

Al informar de estas dos muertes, Wilson Castañeda, vocero de Caribe Afirmativo, expresó que los hechos relatados dejan en evidencia la vulnerabilidad que lleva a que esta población tenga una vida tan corta, en comparación con las demás personas LGBTQ+.

“La población trans, lastimosamente, es la que menos expectativa de vida tiene del movimiento LGBTIQ+. Yéndoles muy bien, viven hasta los 35 años”, expresó.

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Esto se debe a que son personas que viven en un constante riesgo por la amenaza de violencia que padecen dentro de sus grupos, además de que son víctimas de constantes amenazas, convirtiendo a Colombia en el tercer país más peligroso de América Latina, después de Brasil y México.

“No hay esperanza, no hay expectativa de tener vidas adultas o de terminar la vida de forma natural por envejecimiento, porque son las personas más depositarias de las prácticas de violencia, lo que nos genera una fuerte preocupación”, señaló Castañeda.

Y así quedó evidenciado en el asesinato de Verónica, que se registró, de acuerdo con los reportes judiciales, en medio de un altercado con tres hombres LGBTIQ+ con los que había sostenido una riña días antes de su homicidio.

Con estos dos homicidios, son 13 las muertes violentas de personas trans que se registran este año en Colombia, de acuerdo con las estadísticas de este colectivo, mientras que el año pasado hubo en total 54 casos y en 2022 la cifra llegó a los 24 asesinatos.

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Además de los homicidios, este año se han reportado 17 denuncias de amenazas en contra de personas que hacen parte de este grupo poblacional, en medio de las quejas por el frágil acompañamiento que reciben los trans por parte de la justicia.

Según las denuncias de este colectivo, dicha población es constantemente revictimizada por su condición, debido a que no se les nombra desde la identidad que deciden asumir, lo que ha llevado a que tengan una constante desconfianza hacia las autoridades.

Valery P. Ramírez, activista y presidenta del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras Sexuales (Sintrasexa), expresó que lo más delicado de estos casos son las dilataciones que se presentan en estos asesinatos, llegando al grado de que los casos terminen impunes.

A las travesti nadie las busca, a las travesti nadie las extraña. Nos desaparecemos y somos las mismas familias quienes nos preguntamos y vamos a denunciar. Muchos dicen: ‘debe estar con un hombre, debe estar viajando, debe estar trabajando’, pero nunca piensan que nuestras vidas corren peligro. Todo el mundo asimila que se fue uno a trabajar o con el marido o el novio”, expresó Ramírez.

Para que se dejen de presentar los homicidios de la población trans, Castañeda aseguró que es clave fortalecer la cultura ciudadana para que se comprenda la importancia de sus vidas.

“Lo que hace que en Colombia haya tanta violencia y tanto déficit de derechos frente a las personas trans es que también hay una cultura ciudadana que es muy indiferente frente a sus vidas y esa indiferencia se ha convertido en complicidad social para que estos hechos ocurran”, concluyó la líder.

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