
No se caracteriza el champiñón por tener un sabor increíble, inigualable, inolvidable. Sin embargo, si se le da una buena sazón o se le aplica el método de cocción correcto, puede ser un ingrediente valioso en la cocina. Esta vez lo sometemos a un rebozado de harina, pan rallado y huevo y a una posterior fritura, de lo que obtenemos un buen resultado final: quedan crujientes por fuera y jugosos por dentro.