Acorralado por la crisis económica, que lo hizo caer al piso en las encuestas preelectorales, el presidente boliviano Luis Arce declinó la candidatura presidencial que había oficializado hacía pocas semanas. “Honrando la memoria de héroes y mártires, hoy doy a conocer al pueblo mi decisión de declinar mi candidatura a las elecciones. No seré un factor de división del voto popular ni facilitaré un proyecto de derecha fascistoide, que quiere destruir el modelo que hemos construido”, señaló en la parte central de un mensaje televisado.