En horas de la tarde de ayer, miércoles 4 de junio, una patrulla del Ejército Nacional fue víctima de un violento ataque en el corregimiento Raudal Viejo, municipio de Valdivia, Antioquia durante el desarrollo de una operación de estabilización en la zona. El hecho dejó cinco militares heridos y provocó la muerte del perro antiexplosivos Goma, integrante del equipo de detección canina.
De acuerdo con el reporte oficial, la explosión ocurrió cuando el canino activó un artefacto explosivo improvisado durante una verificación de terreno. La detonación generó una onda expansiva cargada de esquirlas que afectó a cuatro soldados profesionales y un suboficial. De inmediato, los uniformados fueron blanco de nuevos ataques con cilindros bomba, morteros y ráfagas de fusil, lo que desató un intenso enfrentamiento.
La gravedad de la situación obligó a las tropas a solicitar apoyo aéreo para responder al fuego enemigo y evacuar a los heridos. Estos fueron trasladados en helicóptero hacia Medellín, donde actualmente reciben atención médica. Según las autoridades, su estado de salud es estable.
El ataque ha sido atribuido a disidencias del Frente 36 de las Farc, bajo el mando de alias Matías, por quien se ofrece una recompensa de hasta 500 millones de pesos. Según el Ejército, la ofensiva fue coordinada desde al menos dos puntos estratégicos de la zona.
En un comunicado, la institución rechazó el uso de artefactos explosivos prohibidos por el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y anunció que estos hechos serán denunciados ante las autoridades judiciales por constituir graves violaciones a los derechos humanos.
Este nuevo ataque ocurre apenas tres días después de otra agresión similar en la misma zona, donde cuatro soldados resultaron heridos mientras escoltaban el retorno de cerca de 40 familias desplazadas por la violencia. En ese caso, el Ejército señaló al ELN como responsable, indicando que los uniformados fueron hostigados con explosivos y ráfagas de ametralladora.
Valdivia se ha convertido en uno de los puntos más críticos del norte de Antioquia, debido a la disputa territorial entre el Clan del Golfo, el ELN y las disidencias de las Farc.
En los últimos meses, los enfrentamientos han obligado al desplazamiento de comunidades enteras y han puesto en riesgo la vida de civiles y militares.