La idea sobrevoló la campaña presidencial allá por el mes de septiembre, y ha tardado apenas dos semanas en empezar a despegar. Donald Trump quiere su propio fondo soberano para Estados Unidos, y ha dado tres meses a los secretarios del Tesoro y de Comercio para que le presenten un plan con recomendaciones sobre su financiación, estrategias de inversión y gobernanza.