
A Sofía Vergara le gusta –especialmente en las mañanas– el café cerrero, ese que es bien cargado y sin endulzar. Se puede tomar varias tazas y quizá una más después del almuerzo, y como buena colombiana sabe cuando un café es de buena calidad y cuando no. Sus papilas gustativas están bien afiladas desde muy pequeña, porque en su casa en Barranquilla no salía al colegio sin haberse tomado un café (con leche). Sofía hace parte de los miles de colombianos para quienes el café es parte de su vida.
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Y como Sofía, además de actuar también es buena negociante, desde hace mucho tiempo estaba buscando hacer algo con el café colombiano, por eso nace ¡Dios Mío! Coffee, la unión de la actriz barranquillera con la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia para establecer un legado de auténtico sabor colombiano y, con especial dedicación, apoyar a las mujeres que cultivan el café de nuestro país. “Fue un proceso bastante largo (...) Por mucho tiempo estuve buscando un grupo lindo que no fuera solo para hacer un negocio. Ahora encontré la combinación perfecta”, le contó la actriz a EL COLOMBIANO.
Sofía, con su desparpajo y naturalidad de siempre, reconoce que hay mucho de negocio aquí, “donde yo voy a hacer plata, lógicamente eso me encanta y por eso es que a mis 52 años sigo camellando como decimos en la costa” (risas), pero añade que a esa premisa material le faltaba una parte de la ecuación, y cuando encontró que en Colombia las mujeres colombianas que cultivan café, representan el 30% de los caficultores del país, de inmediato pensó que a su nombre debía sumar el de cientos de mujeres colombianas.
Entonces con su café, Sofía quiere sumar fuerzas para seguir impulsando el desarrollo de las mujeres caficultoras en Colombia. “Me pareció divino tener un café donde vamos a estar apoyando a estas mujeres. Vamos a ayudarlas a mejorar su calidad de vida”, detalló.
Y es que la Federación Nacional de Cafeteros, también metida en este proyecto, explicó que desde hace varios años trabaja en acciones para cerrar las brechas de género en las mujeres cafeteras a partir de la implementación de 8 líneas de trabajo con las que cuenta la política de equidad de género para la mujer caficultora. Eso garantiza que, cada taza de café sea de la más alta calidad y tenga un impacto positivo en las comunidades locales.
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Esa es otra premisa de la afamada actriz colombiana ahora en la llamada mediana edad. Al preguntarle cómo hace para combinar su trabajo en las pantallas con los negocios, aclara que ha aprendido a delegar y a trabajar en equipo, “he aprendido a delegar, sí, a entender que yo no lo puedo hacer todo, no puedo estar en todos los sitios, tengo un grupo de gente que trabaja conmigo. Con lo del café yo tengo mi gusto, pero sé que no soy profesional en café, pero ahí está la Federación, Ricardo Leiva, mi socio; Layla Fayad, Mauricio Hoyos, Luis Balager, o sea, me gusta tener gente competente para yo poder saber hacer lo que es lo mío, hablar con ustedes”.
Antes de despedirnos de Sofía y prometiendo probar las tres variedades que trae ¡Dios Mío! Coffee (Dulzura, Balance y Fuerza –su favorita–) le preguntamos por la estatua que justo le están haciendo en Barranquilla, si sabe cómo va o si ha visto algo, “eso me tiene superemocionada, no sé cuando van a poner la estatua, pero lo único que espero que sea igual de grande que la de Shakira”, concluyó entre risas.