Este domingo, el exgobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín, Sergio Fajardo, oficializó su candidatura a la Presidencia de la República para las elecciones de 2026, en lo que será su tercer intento por llegar a la Casa de Nariño. La postulación se da en un contexto que él considera especialmente crítico para el país, marcado por altos niveles de inseguridad, falta de gobernabilidad y una creciente desconfianza ciudadana frente al rumbo del gobierno.
El candidato dejó claro que su prioridad será “proteger a Colombia de quienes la amenazan” y resaltó que su propuesta no está alineada con los partidos tradicionales ni con discursos populistas, sino que se basa en una visión construida desde el trabajo riguroso, la disciplina y la transparencia, principios que ha promovido a lo largo de su trayectoria política.
“Mientras unos gritan, Fajardo escucha. Mientras unos pelean, Fajardo resuelve. Mientras unos tienen miedo, Fajardo construye con firmeza y rigor para defender a las y los colombianos”, expresó.
A diferencia de sus campañas anteriores, se presenta en esta ocasión con una postura más firme, mayor claridad en sus objetivos y una determinación renovada. Su mensaje apunta a consolidar una alternativa política seria, orientada al futuro y sustentada en la responsabilidad y el compromiso con el país. “Colombia merece un presidente a la altura de sus desafíos”, aseguró.
El candidato hizo un llamado a construir una propuesta colectiva alejada del odio y el miedo, reafirmando su compromiso con una agenda centrada en la educación, la ciencia, el impulso al emprendimiento y la creación de oportunidades como ejes fundamentales en el país.
El docente inició su camino presidencial en 2018 como parte de la Coalición Colombia, alianza que integró junto a Claudia López y Jorge Robledo. En esa contienda quedó a menos de 300.000 votos de avanzar a segunda vuelta frente a Iván Duque, tras ser superado por Gustavo Petro.
En 2022 lo intentó nuevamente, esta vez con Luis Gilberto Murillo como fórmula vicepresidencial, pero no logró el respaldo alcanzado en su primer intento y terminó en la cuarta posición, con poco más de 885.000 votos, muy por debajo de los resultados de los principales candidatos.