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La Selección Colombia volvió a dejar un amargo sabor en la boca de millones de aficionados tras empatar en el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez ante su similar de Perú.
El encuentro, que prometía ser una oportunidad para consolidar el camino hacia las eliminatorias, se convirtió en una nueva jornada de frustración para el combinado nacional.
Era la oportunidad de oro para llegar al cuarto lugar de la tabla de posiciones luego del empate de Brasil contra Ecuador y de la victoria de Paraguay contra Uruguay.
Desde el pitazo inicial, el equipo colombiano mostró un juego deslucido y sin ideas claras, lo que generó preocupación y desazón en las tribunas.
A pesar de contar con el apoyo incondicional de su público, la falta de conexión entre líneas y la imprecisión en los pases fueron evidentes a lo largo de los 90 minutos.
Perú, por su parte, aprovechó las falencias colombianas para imponer su ritmo y llevarse una victoria crucial.
El empate no solo representa un golpe anímico para la Selección Colombia, sino que también complica su posición en la tabla de las eliminatorias.
Claramente, si no fuera por el Presidente de la FIFA, que amplió el número de selecciones que participarán del Mundial del 2026, estaríamos eliminados.
La afición, que una vez más llenó el “Metro” con la esperanza de ver a su equipo brillar, se marchó con la sensación de una oportunidad perdida y la creciente preocupación por el nivel exhibido.
El camino hacia la clasificación se torna más arduo con este resultado, y las dudas sobre el rendimiento del equipo persisten.
La Selección Colombia deberá replantear su estrategia y mejorar significativamente si quiere recuperar la confianza de sus seguidores y asegurar un cupo en el próximo certamen.
Al final el 0-0 no dejó contento absolutamente a nadie.
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