Pepe Aguilar dice que el apellido no canta solo, pero sí ayuda en la carrera

La presencia de Pepe Aguilar en Colombia no es tan frecuente como él mismo lo desearía, es más, se lamenta de no poder venir cada año al país y promete hacerlo de ahora en adelante.

El hijo de las leyendas Antonio Aguilar y Flor Silvestre se presentará el 25 de octubre en Bogotá con el espectáculo Los Aguilar, junto a sus hijos Leonado y Ángela.

Pepe habló con EL COLOMBIANO acerca de este show, de su nuevo álbum Que llueva tequila y del boom que está teniendo la música mexicana en todo el mundo.

Que llueva tequila, el título de su nuevo álbum, es bastante llamativo...

“Sí, es un título medio sugestivo, es un álbum que básicamente que le canta al amor en diferentes modalidades, despecho, despedida o bienvenida. Es un disco que me gustó mucho, lo hicimos con mis músicos, sin ningún tipo de limitación de tiempo ni de forma. Me gusta su sonido mariachi, que sigue siendo relevante en pleno 2024”.

¿Sigue participando en cada uno de los procesos de sus álbumes?

“De hecho este es mi disco número 34 como cantante y el 23 como productor. Participo en todo, desde la selección de los temas, sean míos o no, hasta la producción, tomó todas las decisiones, toda la responsabilidad recae en mí y este disco no fue la excepción. Lo único que cambió es que no hay canciones mías, por una decisión propia”.

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¿Los nuevos géneros musicales han afectado al mariachi, le han restado espacios?

“Cambió todo, la manera de comunicarse, de consumir, de verse, esta es otra realidad, pero siento que el mariachi está sano y salvo. Cambian las formas, los protagonistas, pero el mariachi no creo que desaparezca en las próximas generaciones, es como decir que van a desaparecer el vallenato, la cumbia o el tango, que siempre tendrán su lugar y su nicho. Estoy seguro de que el mariachi, en menos de lo que crees, va a sorprender a propios y extraños porque todo el mundo está grabando con mariachi”.

¿Cómo han recibido en México las fusiones que se están haciendo con los sonidos propios del mariachi?

“Yo nunca he tenido problemas con los puristas, cada quien tiene su opinión y yo trabajo para mí, no para las opiniones.

Ahora la música que le dicen mexicana, que no es con mariachi, como los corridos, los tumbados y la música alterada le abrió las puertas a músicos mexicanos a un nivel que no ha existido en la historia, eso no es mariachi, pero todos nos hemos beneficiado de eso”.

¿Qué música escucha en sus espacio libres?

“He tratado de no olvidarme de los grandes y regreso mucho a los clásicos tanto en inglés como en español, rancheras y rock. También me gustan muchos artistas de los que hay hoy, solo que ahora se consume muy rápido y de repente cuando ya quieres oír la canción que de hace dos semanas ya no está. Me gusta oír de todo: cumbias, música clásica, rock, rancheras, uno que otro tumbado, pero siempre vuelvo a los clásicos”.

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¿Por qué esos clásicos siguen vigentes en medio de tanta inmediatez?

“Porque los sentimientos no caducan ni desaparecen, son los mismos, seguimos siendo exactamente los mismos humanos, entonces si logramos tocar la sensibilidad de otras personas con unas palabras bien acomodadas, con una música bien interpretada, eso quedará en el corazón de las personas. Es la forma más eficiente para que las personas se pongan en contacto con sus sentimientos”.

¿Qué nos puede adelantar del espectáculo Los Aguilar con el que llegará a Colombia?

“Es algo Sui Generis que haya tres generaciones de cantantes y que sean relevantes, que no solo canten por su apellido, sino que la gente los acepte. Mi hijo Leonardo es un hombre que apenas tiene 25 años y lleva trabajando 11, ya le llegará su momento; Ángela es toda una realidad, es una artista que ya es reconocida y querida, y yo llevo lo que llevo y cargo la historia que tengo”.

¿Qué tan difícil o fácil ha sido para usted y para sus hijos llevar el apellido Aguilar?

“Difícil es adelgazar y pagar las cuentas que uno debe, difícil es mantenerte vigente en una época tan cambiante como esta. Seriamente, en su momento el simple hecho de ser hijo de Antonio Aguilar y Flor Silvestre me ayudó para salir en alguna revista o para que me recibieran en algún lado, pero no para fueran a un concierto mío o compraran un disco el apellido no cuenta.

Nunca me sentí ni más ni menos que nadie y me tocó abrirme mi propio camino porque los apellidos no cantan, aunque te sirven para determinado momento. El prestigio artístico se forja a base de trabajo y de ejemplo”.