¿Manejo de crisis? Las dudas que deja la denuncia de Petro sobre la supuesta compra de espionaje del software Pegasus en medio del paro de transportadores

hace 1 mes 19

“Aunque se presumía que iba a hablar del paro de transportadores, de eso hablaré mañana o en los próximos días”. Esta fue la primera frase del presidente Gustavo Petro en su alocución que todo el país esperaba fuera usada para responderle a los conductores de carga pesada y alimentos que han bloqueado el país durante los últimos cinco días por el aumento del precio del ACPM. Mientras Petro iniciaba su discurso de 15 minutos en televisión nacional, todas las vías de salida y entrada a Bogotá se encontraban bloqueadas, igual que varias en Antioquia, Santander, la Costa y otras regiones.

Sorpresivamente, en medio de la primera gran crisis por un paro que ha causado estragos en todos los rincones de Colombia, el presidente Gustavo Petro denunció que el Gobierno Duque compró un software llamado Pegasus para espionaje. La adquisición se habría hecho en 2021 por un total de 11 millones de dólares en dos pagos no reportados cada uno por 5.5 millones.

La denuncia está basada en un documento que le habría respondido a la Unidad de Inteligencia y Análisis Financiero (UIAF) la agencia correspondiente a esas funciones que opera para el Gobierno de Suiza, llamada IMPA. Según el documento, que el presidente leyó casi que de manera literal, se trata de una transacción que habría iniciado en el momento más duro del paro de 2021 en anticipo de las elecciones presidenciales.

Quien habría adquirido el software desde Colombia sería la Dirección de Inteligencia de la Policía con una entrega de dinero en efectivo que, explicó Petro, se dio en dos momentos. Un primer pago habría ocurrido por 5.5 millones de dólares en junio o julio de 2021 y otro por la misma cifra meses después. El dinero se habría llevado a través de transporte aéreo “probablemente desde Catam” y las consignaciones fueron halladas en supuestas operaciones de bancos suizos a nombre de una compañía de Israel llamada NSO Group Limited, que en su página web aparece ofreciendo servicios antiterrorismo a varios gobiernos en el mundo.

Esta denuncia, en las formas, se parecen a las que Petro hizo en su época como congresista, aunque ahora el escenario era el salón de bienvenida de la Casa de Nariño. Inmediatamente después de la alocución el mandatario fue cuestionado por varios sectores por restarle relevancia al paro que es el asunto nacional de primer orden en la actual coyuntura.

Petro también ligó, por ahora sin pruebas, la adquisición de ese software a la publicación que hizo la Revista Semana sobre unas conversaciones en campaña en las que el presidente hablaba con varios líderes de su equipo acerca de la estrategia que estaban utilizando y las alianzas políticas para ganar las elecciones. En esas conversaciones aparecía él, la primera dama Verónica Alcocer; el hoy embajador ante la FAO, Armando Benedetti; el embajador en Londres, Roy Barreras, y otras figuras protagonistas de la campaña.

La denuncia no es nueva

La denuncia de la supuesta compra del software no es nueva. Esta la había hecho el 26 de marzo de este año el periodista Gur Meggido para el portal Haaretz de Israel. La historia revelaba las reuniones y los contactos que habrían tenido funcionarios del Gobierno Duque con la administración de Benjamin Netanyahu para adquirir el famoso software por un total, no de 11, sino de 13 millones de dólares. En su momento el expresidente Iván Duque negó esa acusación directamente. Pegasus es un software diseñado por la empresa NSO que ha tenido varios problemas por denuncias de espionaje a periodistas y opositores en países que lo han adquirido. El caso más reciente y más expuesto es el de México, en el que se expusieron listados de personajes interceptados ilegalmente desde que el Ejército compró la herramienta en 2011.

La única prueba de Petro para asegurar que se compró el software fue el documento dirigido a Luis Eduardo Llinás, director de la UIAF, pero allí no se mostraron copias de las transacciones o facturas de las consignaciones en los bancos suizos. Tampoco se pudo probar que, en caso de que efectivamente la Dirección de Inteligencia de la Policía (DIPOL) hubiera comprado el software, lo haya usado de manera ilegal para espionar a opositores del Gobierno Duque, como lo denunció el presidente. En Colombia el uso de herramientas de inteligencia y contrainteligencia incluyendo no solo a dispositivos tecnológicos, sino a fuentes humanas, es normal por la presencia de grupos armados de diferentes tipos que amenazan la seguridad del país.

De hecho, hace solo unas semanas el propio mandatario argumentó que llegó tarde a un desfile militar del 20 de julio por información de que se estaría preparando un atentando en su contra. Luego, públicamente le preguntó a las disidencias de las FARC si estaban planeando un atentado contra su vida usando un francotirador en alianza con un grupo de narcos llamado La Nueva Junta Directiva del Narcotráfico. Esto nunca se probó.

El presidente tuvo una jornada de confrontación, como se ha vuelto habitual en los últimos días. Acusó a La W Radio de pánico económico por una entrevista a un transportador de carga en un bloqueo; llamó a la senadora María Fernanda Cabal “líder de los facios”, reposteó un mensaje del exmagistrado José Gregorio Hernández que le sugirió imponer la conmoción interior por el paro; volvió a hablar de golpe de Estado y terminó la noche con una alocución que no resolvió el principal problema del país.

El presidente citó las denuncias de los magistrados de las altas cortes que hace un mes dijeron tener indicios de chuzadas y seguimientos de este Gobierno y lo volvió a negar. Pero no se entiende si hay alguna evidencia de que la administración de su antecesor haya interceptado a alguien de manera ilegal. Petro en todo caso le bajó la relevancia al paro actual. Por unos segundos al inicio de su intervención aseguró que debía distinguirse al movimiento social con el uso político de los transportadores. Los bloqueos siguen, los alimentos continúan subiendo de precio, el país ya casi llega a una semana de niños y niñas sin colegio, universidades sin clase, tele trabajo y actividades suspendidas. Y ahora con numerosas preguntas sobre una denuncia del presidente, en la que las pruebas todavía no parecen concluyentes.

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