El poder militar de los Comandos de la Frontera, uno de los grupos disidentes de las extintas FARC que mantiene diálogos de paz con el Gobierno de Gustavo Petro, se ha hecho visible en la frontera colombo-ecuatoriana por los recientes ataques contra integrantes de la Fuerza Pública de ambos países. Esta semana, mientras el Ejecutivo colombiano anunciaba la suspensión temporal de las negociaciones, las autoridades ecuatorianas se incautaban de 103 bienes que, según la Policía, eran fachadas para el lavado de activos de ese grupo, uno que se expande con fuerza en la triple amazónica, la de los dos países y Perú.