El reciente bombardeo a un campamento de las disidencias de las FARC al mando de Iván Mordisco, en el que murieron siete menores de edad en el departamento amazónico del Guaviare, ha puesto al presidente Petro en el centro de un intenso debate político. Se le señala sobre todo su giro de cero tolerancia a los bombardeos en los que mueren menores, cuando era opositor, a justificarlos, ahora que es mandatario. No es, sin embargo, el único político en un lugar incómodo frente a este drama humanitario. En la otra esquina, la oposición y los sectores más conservadores del país, que hoy exigen explicaciones, poco pueden capitalizar mucho este momento porque varios validaron los bombardeos con presencia de menores ocurridos durante gobiernos de derecha. Mientras tanto, la izquierda, que ha ondeado la bandera de la defensa de los derechos humanos y exigió la renuncia de esos funcionarios pasados, ha optado por pronunciamientos menos contundentes contra los militares. La niñez, una vez más, queda en medio.


hace 2 semanas
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