
Hace unos meses se hizo viral un comentario que hice en un podcast. Era muy sencillo, nada del otro mundo: las mujeres hablamos entre nosotras. De un día para el otro, encontré mis palabras en todas las redes narrando una y otra vez algo tan simple, tan de cajón. Las mujeres hablamos, y, por supuesto, confiamos la una a la otra nuestras experiencias en materia de violencia sexual. Esa cadena de confianza se propaga y se repite. Y en esa cadena, cada mujer da el valor que considera a ese testimonio que le llega de una conocida, amiga, o colega de trabajo.