En lo que va de año, 11 inmigrantes han muerto en centros de detención administrados por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés). Casi la mitad de esas muertes —cinco— han ocurrido en Florida, donde este martes comenzó a operar una nueva cárcel para inmigrantes en medio del pantano de los Everglades apodada Alligator Alcatraz y a cuya inauguración asistió el presidente Donald Trump. El nuevo centro, que el republicano tildó de “hermoso” durante su visita, abre en medio de crecientes críticas sobre las condiciones dentro de estas instalaciones, particularmente las de Florida.