El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha insistido a lo largo de sus casi tres años de mandato en levantar las banderas del M-19, la guerrilla a la que perteneció cuando era joven. En un sentido tanto literal como metafórico. Eso le ha representado más de una controversia política. El Consejo de Estado rechazó la semana pasada una acción judicial que pretendía prohibirle exhibir ese emblema azul, blanco y rojo en eventos públicos, con el argumento de que equivalía a hacer apología a la violencia. La alta corte, por el contrario, consideró que ondear esa bandera hace parte de su interpretación personal de la historia del país, en la que el ‘eme’ ocupa un lugar muy especial.
