Jaime Garzón: un guerrero que busca una silla a su medida para jugar rugby

Jaime Garzón mide 1.84 metros, pero su altura no se limita a los centímetros. También se mide en coraje, determinación y ganas de salir adelante. Hace dos años estaba en las canchas practicando voleibol sentado. Hoy ruge con fuerza en un nuevo terreno: el rugby en silla de ruedas, un deporte de contacto donde los choques son intensos… y él no se queda atrás.

Gracias al Presupuesto Participativo Jaime ya tiene una silla de uso convencional, puede desplazarse mucho más fácil. Este deportista ahora quiere adquirir una silla para un uso distinto, el deporte.

Actualmente hace parte de la Selección Antioquia y sueña en grande: vestirse con los colores de la Selección Colombia. Pero en ese camino hay un obstáculo que no depende de su talento ni de su entrega: la silla que usa para competir le queda pequeña. Literalmente.

“Las rodillas están muy expuestas”, cuenta Jaime. “Se está buscando el apoyo para conseguir una silla más acorde a mi estatura y a mis medidas”. Su cuerpo ha empezado a pasar factura por la incomodidad: las marcas en su piel lo dicen todo. No es un tema menor, es salud, es rendimiento, es dignidad.

Su historia no es nueva en desafíos. Jaime ha enfrentado cuatro cirugías tras un tumor cerebral. Y aún así, sigue adelante. Nada lo detuvo entonces y nada lo detiene ahora. “Como yo llegué a este deporte hace poquito, hace año y medio, esta era la única silla disponible, entonces me tocó esta. Pero esto es salud y para las personas que tenemos discapacidad es rehabilitación, es compartir con los compañeros”, dice con la seguridad de quien sabe que está en el camino correcto.

Jaime ya está listo para seguir chocando en la cancha y avanzar fuera de ella. Solo falta una puerta que se abra, una mano amiga que le ayude a conseguir una silla de su talla. Porque si algo está claro es que, con las ruedas adecuadas, no habrá rival que lo frene.