Las víctimas habituales de discriminación por raza u orientación sexual suelen ser los grupos minoritarios como las personas homosexuales, transexuales, afroamericanas y latinas. Esto derivó en una doctrina judicial en Estados Unidos que se mostraba menos exigente en la carga de la prueba cuando los afectados eran de esos colectivos, frente a los ciudadanos pertenecientes a grupos mayoritarios, como los miembros de la población blanca o heterosexual. Este miércoles, sin embargo, los jueces del Tribunal Supremo se han mostrado dispuestos a cambiar esa doctrina tras analizar el caso de una mujer heterosexual que asegura que se vio marginada en su trabajo en favor de dos personas homosexuales.