El río Amazonas se aleja de Colombia: Leticia podría perder su conexión fluvial antes de 2030

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Colombia podría enfrentar un impacto en su geografía, su economía y su soberanía: el río Amazonas, una de las arterias hídricas más importantes del mundo, se está desviando progresivamente hacia territorio peruano, reduciendo de forma crítica su paso por el sur del país. De continuar esta tendencia, Leticia, capital del departamento del Amazonas, dejaría de ser una ciudad ribereña en menos de una década.

La advertencia proviene de un estudio liderado por la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, que desde hace más de 30 años monitorea el comportamiento del río en esta zona. De acuerdo con los investigadores, el caudal que fluye por los canales colombianos ha disminuido del 30 % al 19,5 %, mientras que el canal peruano concentra cada vez más el flujo de agua, en parte por la sedimentación acelerada del lado colombiano

“Desde 2012 el río se estaba yendo de Leticia. Hitos limítrofes como el de Atacuari, que antes marcaban la frontera binacional, ya no existen”, advirtió Lilian Posada García, docente del Departamento de Geociencias y Medio Ambiente y una de las líderes de la investigación. Según la experta, no solo está en riesgo la geografía de la zona, sino también la cultura anfibia de las comunidades indígenas, la economía regional y la soberanía territorial de Colombia.

El seguimiento técnico al Amazonas, iniciado en 1993, ha incluido análisis con imágenes satelitales, estudios hidráulicos y trabajo de campo. Uno de los puntos críticos es el Estrecho de Nazaret, donde el río se bifurca entre Perú y Colombia. Allí, según el profesor Juan Gabriel León, de la sede Palmira de la Universidad Nacional, de los 55.900 metros cúbicos de agua que pasan por el sector, solo 10.900 ingresan por territorio colombiano.

Además, los canales de Chinería y Ronda, por donde tradicionalmente corría parte del río hacia Leticia, presentan actualmente profundidades de apenas 5 a 6 metros, mientras que el canal peruano alcanza más de 15 metros. Esta diferencia, producto de la sedimentación no intervenida, podría generar un colapso del brazo colombiano durante el segundo semestre del año.

Desde 2006, la Universidad Nacional ha propuesto soluciones como el dragado del canal y la instalación de espolones sumergidos, estructuras técnicas para redirigir el flujo del agua, pero ninguna de estas medidas ha sido implementada. “Ha habido negligencia institucional. La Cancillería debía gestionar acuerdos binacionales, y la Armada Nacional, que patrulla la zona, debió alertar sobre estos cambios”, señaló Posada.

Las implicaciones del fenómeno ya se sienten en las comunidades locales, que dependen del río para la pesca, el transporte y la agricultura. “Si el caudal se aleja, se altera la humedad del suelo, desaparecen especies y se rompe la identidad ribereña de Leticia. También se pueden perder hitos limítrofes con Perú, lo que compromete nuestra soberanía”, agregó la investigadora.

Ante este panorama, la Universidad Nacional insiste en que Colombia debe actuar con urgencia, aprovechando su experiencia investigativa para implementar soluciones y activar una gobernanza fluvial trinacional que incluya a Perú y Brasil.

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