Duró un mes, como los Mundiales de fútbol, no fue televisado pero se reprodujo una y otra vez en las pantallas de millones de personas. Compitieron dieciséis países a dedo, en una elección arbitraria que nadie impugnó, donde a los europeos les dieron tres cupos, a los asiáticos uno, y a los africanos ninguno. El organizador: Ibai Llanos, un streamer español que hizo negocios con Gerard Piqué y que en el último tiempo ha despertado aplausos por haber perdido más de cincuenta kilos en un año, sin haberse rebanado el estómago. El motivo de la contienda: conocer al país que tiene el mejor desayuno del mundo.