Entre los silencios que mantiene Alfonso Rueda desde que explotó en su gobierno la investigación por agresión sexual contra un conselleiro de confianza, uno ha retumbado especialmente este miércoles en el Parlamento gallego. Durante la sesión de control, tanto la líder del BNG como el del PSdeG-PSOE acusaron directamente a la Xunta de filtrar el nombre de la mujer que en enero denunció a Alfonso Villares con la intención de señalarla y endosarle la presión. Ana Pontón ha tachado el comportamiento de la Xunta de “violencia institucional” y José Ramón Gómez Besteiro le ha advertido de que esa revelación podría ser delito. Rueda, que se ha prodigado en declaraciones de apoyo al investigado pero hasta ahora no ha dedicado ninguna a la denunciante, ha respondido ignorando estas graves acusaciones en todas sus intervenciones.