Efraín Juárez: “El día que falten garra y actitud me iré de Nacional”

hace 1 mes 12

El técnico mexicano Efraín Juárez sabe que en Nacional no hay tiempo, que debe convencer rápido a los hinchas y por eso está ciento por ciento concentrado en su trabajo desde que llegó. EL COLOMBIANO dialogó con él sobre su proyecto y otros aspectos de su vida personal.

¿Cómo han sido estos primeros días al frente del plantel?

“Han sido intensos, de mucho trabajo para mi cuerpo técnico y para mí. Hemos tratado de avanzar en muchas cosas lo más rápido posible, entendiendo la magnitud de este equipo. La realidad es que no hay mucho tiempo e intentamos analizar todas las cosas buenas y malas, qué hay que mejorar desde nuestro punto de vista. Eso ha hecho que laboremos al 100% para que los muchachos y el club, porque esto no es solo de los jugadores, entiendan más o menos la idea de juego y la cultura de alto rendimiento que queremos implementar”.

¿Uno de Efraín Juárez conoce un poco la historia del jugador, pero de dónde viene la persona, dónde creció?

“Nací en Ciudad de México, una de las capitales con más habitantes en el planeta, más de 25 millones. Vengo de una familia trabajadora, entre clase baja y media, mi papá y mi mamá trabajaban. Tengo un hermano y dos hermanas, mayores que yo. Cuando estás en una ciudad de esa magnitud, en la que todo puede pasar, que sales a la calle y, a lo mejor, por diferentes circunstancias no regresas a casa, lo asocio mucho con el tema de presión y estrés. A veces mis padres estaban sin trabajo y tenían que velar por cuatro hijos y llegaban a casa y no sabían cómo alimentarnos y no nos podían decir que nos comiéramos un pedazo de papel, eso sí es presión para mí. Vengo de una familia muy unida, todo el tiempo muy comunicada y, aunque por diferentes temas de vida tengamos que estar en distintas ciudades, seguimos en constante comunicación porque, para mí, más allá de si había o no para comer, los principios y valores son otra cosa. Entendemos que el respeto, la humildad, el sacrificio, el trabajo, la honestidad, todos esos valores nos representan y nos los han inculcado desde pequeños”.

¿Qué fue lo más difícil para llegar a ser futbolista profesional?

“En una ciudad como la que crecí muchos tienen carencias, no soy el único. La competencia era lo más difícil, porque en un país tan futbolero como México todos los niños quieren ser profesionales. Para poder llegar tuve que tener muchos momentos de mostrar carácter, de competir para cumplir ese sueño y para llegar deben conjugarse muchas cosas: tener talento, ser competitivo, trabajador, resiliente, impetuoso y tener claro que ante cualquier adversidad tu sueño debe seguir intacto, porque hay millones detrás de ti, esperando en la fila”.

¿Qué lo llevó al retiro temprano teniendo en cuenta que a los 36 años aún se está joven?

“Entendiendo todo el sacrificio y el esfuerzo que hice y tener la oportunidad de representar a mi país, de ir a otros países, jugar en diferentes ligas, ser campeón, conocer a mi propia esposa en el fútbol, llegué a un punto, a los 31 años, después de entender todo lo que el fútbol me dio y lo que yo le había dado, que era una falta de respeto no tener la misma motivación, porque ya había jugado un Mundial, ya había logrado títulos, ya había jugado Champions, Liga de Europa, Copa Libertadores. Fui el primer jugador mexicano en el Celtic, entonces me preguntaba: ¿ahora qué? Tenía dos opciones: seguir jugando por temas económicos y pude decir, con el corazón en la mano, que nunca me he movido por dinero, es uno de los valores que mis padres me inculcaron. Y el otro camino era retirarme, agradecerle al fútbol y ser honesto con el deporte que me dio todo y decirle gracias e ir a la siguiente etapa que era la de prepararme para ser entrenador para retribuirles todo lo que aprendí a los jóvenes de hoy. Soy un tipo al que le encanta dar sin importar lo que recibe a cambio, porque lo hago de corazón. Así que me senté en mi casa y, junto a mi mujer, mis hijos y mis padres, decidí ir por otro camino. Cuando me retiro me invitan a hacer parte de un cuerpo técnico en el New York City, que es del City Group, el más importante del planeta, y cuando doy ese paso es como si hubiera regresado 15 o 20 años atrás, con la misma motivación que me generó el sueño de ser futbolista. Eso hoy me ha llevado a estar sentado en un lugar privilegiado, en el que muchos quieren estar como es Atlético Nacional”.

¿Cómo fue la historia de amor con su esposa y quiénes son sus hijos?

“A Carlotta, mi esposa, la conocí cuando jugaba en Escocia, es una mujer de raíces italianas, pero creció toda su vida en Bélgica, ellas es un año mayor que yo. Tenemos dos hijos de 8 y 6 años, Andrew y Gaia, y son mis pilares. Al igual como crecí entendiendo que la familia es lo más importantes, ellos lo son para mí. No los dejé en México, que es un país más cerca de Colombia, los dejé en Barcelona, España, donde nos hemos establecido y lo hice con la convicción de que a Nacional no vine a pasar el tiempo, porque si hubiera venido a eso o a especular, me quedo con mi familia. Tengo la fortuna de que nada lo he hecho por dinero, vine acá por el amor, por el proyecto y la oportunidad y entendiendo que Nacional es el equipo más grande de Colombia, mi compromiso es ciento por ciento. Por eso en este momento no podría traer a mi familia, no sé si en un futuro, pero en este momento no, porque me quitaría un porcentaje importante de mi concentración y energía, que están puestas en Nacional. No los dejé a ellos por nada, vengo aquí a todo y moriré en el intento pase lo que pase”.

Usted tiene una responsabilidad muy grande, porque ahora no bastará solo con buenos resultados en Nacional, sino que van a importar también las formas y cómo enamore el equipo al hincha con su juego...

“Si bien es cierto que hay dudas, yo también las tendría. Me siento con la capacidad de despejarlas, no solo por mí sino también por los jugadores, porque ellos cargan una responsabilidad también. Mi trabajo es darles la mayor cantidad de herramientas posibles para que cuando salgan al campo tengan las opciones necesarias para que puedan disfrutar el juego, porque si ellos salen a disfrutarlo seguramente nos va a ir muy bien. Hoy en el fútbol hay una globalización enorme, un técnico italiano de 35 años dirige al Ajax, uno de 31 está en el Brighton de la Premier League; Mikel Arteta dirige hoy uno de los equipos más importantes del mundo (Arsenal) sin nunca haber tenido experiencia, pasó de asistente a entrenador. El campeón del mundo se llama Lionel Scaloni y nunca tuvo experiencia, el campeón de Europa, Luis de la Fuente, nunca dirigió un equipo de primera división. En el fútbol 2 más 2 nunca es 4. Entendiendo eso, me parece que en lugar de cuestionar a Nacional por la decisión que toma de traer un técnico de 36 años sin ninguna experiencia como entrenador principal, porque llevo más de 20 años en el fútbol, debo decir que experiencia sin conocimiento no es nada, pero el conocimiento sin la experiencia es un potencial gigante, entonces veremos qué pasa en el futuro. La responsabilidad es grande y si sale bien todos estaríamos contentos y si sale mal, Atlético Nacional no depende de un técnico ni de un jugador ni de un directivo, la institución es más grande que todo eso y estará para siempre, conmigo o sin mí. Me encanta el reto, soy un tipo que a los 17 años agarró su mochila y se fue para Barcelona, entiendo las formas, he jugado en los equipos más grandes de mi país, también en uno de los más grandes del Reino Unido como el Celtic, Atlético Nacional está a ese nivel, por eso asumo este desafío y si no estuviera preparado le hubiera dicho que no. Después de casi 6 años como asistente me siento con la capacidad de tomar la responsabilidad de ser el líder que lleve a Nacional a donde se merece”.

¿Qué lo seduce de este proyecto de Atlético Nacional y qué lo llevó a aceptar el cargo?

“Primero, la parte humana. Quienes lo dirigen son 100 puntos, podrán tomar buenas o malas decisiones, pero la parte humana quiere lo mejor para Nacional, así me lo han demostrado. El proyecto lo quieren potenciar a un nivel que sea lo mejor del continente y tienen la infraestructura, los jugadores, la calidad humana, y yo que he estado en el City Group, el mejor del planeta, sé que Nacional lo tiene todo para llegar a ese nivel. Es un proyecto ambicioso, grande y nadie me tuvo que convencer, cuando surgió la posibilidad levanté la mano y dije: ¿qué tengo que hacer para estar ahí? Y hoy que estoy en esta posición tengo una ilusión en la que seguro llegarán golpes, pero serán los que nos den mayor energía para que cuando lleguen las satisfacciones todos estemos juntos”.

Usted es la primera apuesta de los nuevos dirigentes, tras una administración en la que hubo un divorcio con la hinchada, ¿tiene los jugadores necesarios o le falta algo?

“Es un grupo con gran disposición, entregado, homogéneo, con los Ospina, los Tesillo, Aguirre, los Cardona, los Morelos, todos esos referentes, acompañados de mucha juventud. Así que hay que mantener un balance para que todo camine. Tengo la fortuna de conocer bien a Edwin Cardona, jugamos juntos, a David Ospina, a Alfredo Morelos, al que enfrenté cuando él estaba en el Rangers de Escocia. Este es un grupo con un potencial muy importante, no quiere decir que seamos una realidad todavía, ese es el objetivo y vamos a ir de menos a más y cuando lleguemos a donde queremos estar no pueden haber retrocesos. Prefiero un proceso equilibrado y que cada vez vaya para arriba, que tener picos en los que juguemos muy bien y al otro fin de semana seamos un desastre, eso no lo concibo, me gusta la estabilidad y que los jugadores entiendan que este es un grupo en el que todos somos uno mismo, todos queremos lo mismo y defendemos lo mismo. Hay un déficit importante en la parte física a lo que yo pretendo y eso va a tomar tiempo, no se va a dar de un día para otro, pero la disposición del grupo me deja muy tranquilo y sé que vamos a terminar en muy buen puerto”.

¿Qué le gusta hacer en su vida personal?

“Soy pasional, muy intenso, me gusta vivir el presente, el día a día al ciento por ciento, porque no sé si mañana me voy a despertar. Soy un tipo muy familiar, disfruto mi casa, mis hijos, mi mujer, cenar con ellos. No tengo hobbies, no soy un tipo que juega golf o tenis, me gusta leer mucho, pero estoy entregado al fútbol. También me gusta comer bien, no tiene que ser en el restaurante más lujoso, sino algo que yo disfrute. Ahora he probado los patacones colombianos y me estoy volviendo adicto, ya probé la bandeja paisa. Disfruto mucho compartir la mesa y hablar en ella, porque ahí tienes la comida, que es por lo que trabajas y la gente que se sienta a tu alrededor, que normalmente son personas importantes para ti y ese conjunto es mágico”.

¿Qué tipo de música le gusta, alguna canción que le traiga recuerdos?

“Fíjate que los muchachos me pusieron a escuchar en el bus el Pregón Verde y me pareció maravilloso. No la había escuchado y me encantó, iba aplaudiendo. La descargué en el teléfono y ya la pongo del hotel al entrenamiento. De ahí para adelante me gusta todo, la salsa, la cumbia, el merengue, el reguetón. Lo que sí puedo confesar es que no soy buen bailarín. En el grupo sé que hay buenos bailarines, voy a ver si en algún momento me dan algunas clases, porque soy muy tieso”.

¿Qué lo hace llorar?

“Soy llorón, puedo ver una película triste y me arrebata una lágrima. Lloro mucho cuando algo afecta a mi familia, ellos son los que me ponen más sentimental, hoy trabajo y estoy aquí parado para seguir sacándolos adelante para que en un futuro mis hijos puedan tener una mejor familia. Pero más que llorar soy muy explosivo cuando no intenté hacer mejor las cosas, cuando sé que podía haber dado más. No me puedo permitir tener un remordimiento, porque eso quiere decir que faltó algo y si tengo algún tipo de arrepentimiento me encabrono como decimos los mexicanos”.

¿Cuál es la huella que usted quiere dejar en Nacional?

“Que la gente me extrañe. Si de mi cuerpo técnico dicen que fuimos honestos y si la gente nos extraña fue porque hicimos algo bien”.

¿Cuál es el mejor consejo que le han dado?

“Han sido muchos, no tengo uno en particular, pero el día de la conferencia de prensa había como 50 periodistas y en un libro que estoy leyendo decía: todo el mundo cree que el odio es lo peor que le puede pasar al amor, pero lo peor es la indiferencia y cuando en mi presentación veo esa cantidad de periodistas, más allá de si me quieren o hay dudas, eso no es indiferencia. Me hubiera dado mucha tristeza llegar y ver muy poquitos porque quiere decir que a nadie le importa. Pueden haber críticas, sí, porque son parte de la vida, que puedo ser bueno o malo, también, a nadie le voy a caer siempre bien, por el contrario, la indiferencia es lo que más puede pesar y doler”.

¿Cuál es el mensaje que les envía a los hinchas de Nacional?

Primero, agradecerles porque así como hay muchas dudas también veo que hay gente que cree. Invitar a los que no creen que me den la oportunidad, que con el camino y el paso del tiempo seguramente les puedo despejar esas dudas y que están más que bienvenidos a subirse a este proyecto, que el hincha se sienta tranquilo porque los jugadores, junto con nuestra idea, los tratarán de representar lo mejor posible, lo que quiere decir que se entregarán al ciento por ciento por esta camiseta, meterán y lucharán. Podemos ganar, empatar o perder, pero el esfuerzo, la lucha, la entrega, la garra y la actitud no faltarán nunca; el día que falten agarraré mi mochila y me iré”.

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