Después de 28 años, dos hermanos de Urabá se reencuentran e inician la búsqueda de su papá desaparecido

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La búsqueda de un padre perdido une a dos hermanos

En el Urabá antioqueño, la vida de Luis se desarrolló entre la alegría de ser padre y la dura realidad del trabajo en el campo. Un hombre trabajador, vivía con su esposa y su hija Susana en una vereda de San Pedro de Urabá, pero la búsqueda constante de empleo lo llevaba a alejarse de su familia por días, dejando a la pequeña con la ilusión de su regreso. A los cinco años, Susana se mudó con su madre a Arboletes, mientras Luis se trasladaba entre diferentes lugares en busca de sustento. Su última promesa quedó grabada en la memoria de Susana: “Voy a traerte unas gallinitas de regalo”.

En San Juan de Urabá, su hijo Roberto creció con la figura paterna de Luis, quien lo visitaba de vez en cuando. Aunque ambos hermanos no compartieron un hogar, conocían la existencia del otro y el vacío que dejó la desaparición de su padre. Tras 28 años sin noticias de Luis, Roberto decidió mudarse a Arboletes en busca de nuevas oportunidades y, durante una entrevista en un taller de mecánica, mencionó a su hermana Susana.

El mecánico, sorprendido por la coincidencia, llevó a Roberto a conocer a Susana. El encuentro fue emocional; se abrazaron por primera vez, compartiendo risas y recuerdos. Sin embargo, la búsqueda de Luis permanecía sin respuesta. Diez años después, decidieron acudir a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) para encontrar a su padre, quien desapareció en Necoclí entre 1989 y 1991 en el contexto del conflicto armado.

A través de este proceso, Susana y Roberto no solo buscan a Luis, sino que también redescubren su conexión como hermanos, apoyándose mutuamente y celebrando cada avance.

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