Controversia por remodelación en lote vecino a casa de Débora Arango

hace 1 mes 13

La casa donde vivió hasta los últimos días de su larga y prolífica existencia la maestra Débora Arango es en sí misma una obra de arte tan valiosa que el Ministerio de Cultura la declaró bien patrimonial de la Nación y ni siquiera un muro suyo se puede tocar.

Esa condición impone además limitantes en 100 metros a la redonda desde sus linderos, de manera que cualquier vecino que se encuentre en ese perímetro debe solicitar la autorización del MinCultura si quiere hacer cambios profundos de fachada o en el uso de los inmuebles.

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Para la muestra, un botón: una fuente ligada con el tema relató que hace un tiempo, cuando planeaban el remozamiento de la Avenida El Poblado, tuvieron que pedir el visto bueno a Bogotá.

Con todo y eso, al lado justamente se está terminando una remodelación que ha causado controversia, aledaña a Casablanca, nombre de la casaquinta donde ejerció ese arte pictórico con el que escandalizó en su época la maestra Arango. Las quejas al respecto han llegado a la oficina de Planeación de Envigado, al Concejo e incluso a instancias del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes –como hoy día se llama la cartera nacional encargada–.

El sitio está entre la casa museo y el supermercado La Vaquita. Allí funcionó durante muchos años el restaurante El Portón y luego la heladería Soft Touch, pero durante este año los dueños decidieron hacer adecuaciones y dividir la construcción para que pase a albergar varios negocios más pequeños.

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Todavía es visible la tela verde de plástico con el fin de evitar un impacto visual negativo en los transeúntes, pero personas cercanas a la obra confirmaron que en cuestión de una o dos semanas estarían terminados los trabajos.

Hasta hace pocos días había un aviso con un teléfono para que quienes estuvieran interesados en ocupar los establecimientos contactaran a los dueños, pero de pronto lo quitaron.

EL COLOMBIANO conoció un derecho de petición enviado al MinCultura por una habitante de ese céntrico sector de la Ciudad Señorial localizado entre los barrios La Magnolia y San Marcos. En este se muestra como doliente y pregunta si la intervención cuenta con autorización, en virtud de que la Casa Museo Débora Arango Pérez fue declarada Bien de Interés Cultural de Ámbito Nacional (BICN) mediante la ley 1248 de 2008.

Según la persona que pidió la información, “ya se está promocionando el alquiler de esos locales. El fuerte rumor en el sector es que esos locales serían un Mall de comidas”.

La respuesta de Beatriz Helena Guzmán, la coordinadora del Grupo Patrimonio Cultural Arquitectónico, fue que no había recibido “ninguna solicitud de autorización de ningún predio colindante o ubicado en zona de influencia del bien de interés cultural que nos ocupa”, ni se tenía conocimiento de esas obras.

Además, indicó que a partir de otra comunicación que ya había recibido al respecto, habían oficiado al Municipio de Envigado en la tercera semana de mayo de este año para esclarecer el asunto y tomar las medidas que sean pertinentes, “en caso de que requieran”.

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Luego, también según la respuesta a la PQRS, el inspector de policía adscrito a la oficina de Control Urbanístico le contestó a la instancia de Bogotá mencionando posibles intervenciones no aprobadas por una licencia de construcción que una curaduría otorgó el 22 de diciembre pasado; sin embargo, también cuenta que se abrió un proceso de investigación pero fue archivado.

La respuesta a la ciudadana termina anunciando que “se llevarán a cabo las acciones pertinentes desde el área técnica y jurídica de este Ministerio con el fin de proteger los valores y la integridad del bien de interés cultural que nos ocupa”.

Hace dos semanas la comisión accidental de Patrimonio del Concejo le solicitó al director de Planeación local, Sergio Ríos, información al respecto y está pendiente de tratar el tema cuando le llegue el respectivo informe, según confirmó el concejal Leo Alzate.

El director de Planeación, Sergio Ríos, le aclaró a este diario que cuando se posesionó la presente administración, del alcalde Raúl Cardona, encontraron un proyecto con una licencia de construcción vigente para hacer adecuaciones locativas, y después de eso su labor ha sido de control para que se cumpla estrictamente con lo que dice el permiso, aunque hay, según él, otro concepto en el sentido de que lo que están acometiendo no requeriría de ese trámite debido a que no se trata de ningún cambio estructural ni que afecte la altura de la edificación que ya existía antes de que Casablanca fuera declarada bien de interés cultural.

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“Lo que hemos hecho es controlar que construyan conforme la licencia; hemos estado muy pendientes de que no vayan a hacer nada de lo que no están autorizado”, reiteró Ríos.

De hecho, el funcionario confirmó que se han frenado algunas actividades porque no estaban dentro de lo estipulado, si bien no especificó cuáles.

Quien dirige la remodelación es Lucas Villegas, descendiente de una conocida familia en Envigado y explica que este inmueble lleva acá toda la vida, sin cambiar de dueños. De hecho, en el pasado hizo parte del mismo predio de la pintora, y se la compraron a ella misma después de que fallecieron sus padres.

“La reparamos y decoramos un poco, pero eso está en conocimiento de la Alcaldía y no va a afectar la casa de la cultura. El mantenimiento que le hemos hecho ha sido tratando de no hacer un contraste muy profundo; todo ha sido con un respeto increíble con la casa, porque la admiramos también y toda la vida hemos convivido con ellos”, añadió.

En terreno se puede constatar que la fachada es blanca, de modo que no desentona con el color que alude al nombre de la estancia de Débora, aunque añadieron un pedazo más en la parte trasera para dos locales.

“Somos los propietarios y toda la vida hemos pagado impuestos, no le estamos haciendo mal a nadie; estas reformas se hicieron porque (la edificación) parecía caída, fea”, añadió Villegas.

Posteriormente aceptó que al parecer se encuentran en un problema en el que se metieron sin saber muy bien cómo, porque no conocían la legislación que les aplica restricciones a los vecinos; además, manifestó que su intención es llegar a un arreglo pero si no lo logran, están dispuestos a utilizar todos los recursos legales para hacer valer sus derechos como propietarios, considerando que, a su juicio, es exagerada la limitación que les pretenden imponer por ser vecinos de la morada de la pintora insignia de toda una época en el país.

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Casablanca, en estudios para ver patologías

La Fundación Ferrocarril de Antioquia está a punto de terminar la segunda fase de un estudio de carácter estratigráfico y sismológico de los suelos y paredes en aras diagnosticar las posibles patologías que sufra la casa de Débora Arango con miras a una posterior restauración.

Esos análisis son indispensables para precisarle al MinCultura el tipo de trabajos que se requiere ejecutar, pues se trata de una casa construida en 1870 y como tal, desde ya se sabe que, por ejemplo, padece un asentamiento de sus suelos, lo cual puede generar inestabilidad.

En una visita que hizo con medios de comunicación el año pasado el exalcalde Braulio Espinosa para disipar comentarios acerca del posible cierre de Casablanca, el mandatario dijo que buscarían el permiso del MinCultura para cambiar la tapia que rodea la casa por una reja que permita que el inmueble tenga una mayor contacto con la ciudad y pueda ser admirado a distancia por la gente, pues debido a la naturaleza de las obras que contiene toca restringir las visitas. Los recorridos son martes y jueves, con previa cita.

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