Conductores veteranos con carné limitado

hace 1 mes 16
Emilio Sevilla, dentro de su vehículo, en Tórtola del Henares (Guadalajara) el jueves 15 de agosto.

Emilio Sevilla Sevilla, un madrileño de 80 años, se topó el pasado septiembre con una realidad. Cuando fue a renovar el carné de conducir, los médicos del centro de reconocimiento psicotécnico le dijeron que había perdido visión de lejos y que no podía circular por la noche con su vehículo. Operado de cataratas, le recomendaron que le hicieran una limpieza de la lente interna por si así lograba mejorar la pericia visual. Pero ni siquiera lo intentó. Desde entonces, es uno de los 350.000 españoles a los que se les restringe de alguna manera la conducción. Algunos, como Emilio Sevilla, no pueden llevar vehículos de noche. Otros lo tienen limitado a una determinada distancia de su lugar de residencia. Así se garantiza que puedan acudir a comprar, a sacar dinero o al hospital, sobre todo en la España rural. En los casos más graves, se les retira el permiso, lo que ocurre en 30.000 conductores al año.

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Centro de exámenes para permisos de conducir de la DGT en Móstoles.

El duro momento de comunicarlo

Uno de los momentos críticos es comunicar a la persona que, a partir de ese momento, va a tener limitaciones a la hora de conducir. Este tema se trató en el congreso que celebró la Asociación Española de Centros Médicos Psicotécnicos (Asecemp) en Lanzarote. “Para muchas personas, supone su muerte civil y lo llegan a entender como que no valen para nada. Por eso, el profesional tiene que hacer bien su trabajo y comunicarlo causando el menor daño psicológico posible”, reconoce su secretario general, Bonifacio Martín. Para ello, es fundamental explicárselo bien y el motivo por el que se hace. “Solemos decir que ya ha conducido mucho y que, por ejemplo, no querrá poner en peligro a sus nietos”, destaca Martín, que también critica “las manzanas podridas” de su sector que, con tal de no perder clientes, hacen “la vista gorda”.
Los mayores con carné restringido suelen tomárselo mal. Este periódico ha intentado contactar con algunos de ellos a través de centros de reconocimientos psicotécnicos y sus responsables han sido insultados e incluso les han dicho que si se trataba de una broma pesada. Cerca de una treintena de personas se ha negado a participar en este reportaje.
El estudio El proceso de cese de la conducción en personas mayores, de la Fundación Mapfre, destaca en sus conclusiones que, cuando se comunicó a una persona que ya no iba a conducir más, “en el 41% de los casos lo vivieron negativamente dado que sentían que perdían la autonomía”. “El 27% lo vivió negativamente porque no creía que debiera dejar de conducir y el 23% por dejar de sentirse importante en el momento de cesar de conducir. El 18% consideró que perdía autonomía, lo que afectó a su autoestima. El 14% lo vivió mal por vergüenza a tener que dejarlo, por empeoramiento de relación familiar y por sentirse inútil”, destaca el informe.

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