Atentado en Arauca acabó la mesa de paz con el ELN

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El Gobierno Nacional clausuró la mesa de negociaciones de paz con la guerrilla del ELN luego del ataque terrorista que dejó dos militares muertos y 25 heridos en una base del Ejército, en el departamento de Arauca.

La decisión fue comunicada anoche por el presidente Gustavo Petro, quien declaró: “Prácticamente es una acción que cierra el proceso de paz”, finalizando así unas conversaciones que iniciaron en agosto de 2022 y que en los últimos seis meses estuvieron congeladas por voluntad de los insurgentes, quienes alegaron que la Casa de Nariño les estaba incumpliendo algunas promesas.

A juicio de los elenos, en cabeza de su comandante “Antonio García”, el Gobierno no retiró a la agrupación de la lista de Grupos Armados Organizados (GAO), en la cual se incluyen a mafias narcotraficantes. Tampoco impulsó un Fondo Multidonante para financiar a los combatientes que dejaran de delinquir durante las conversaciones.

La gota que derramó el vaso fue la aparición de una disidencia, el frente Comuneros del Sur, que delinque en Nariño, el cual decidió apartarse de las directrices del Comando Central del ELN. El presidente Petro respaldó esa división al autorizar una nueva mesa de conversaciones con los “comuneros”, aún en contra de las quejas de “Antonio García”.

Esto produjo un ambiente enrarecido desde el pasado mes de mayo, que acabó derrumbando los esfuerzos de paz con el ataque en Arauca.

El atentado

El crimen que precipitó la ruptura del proceso ocurrió a las 10:45 de la mañana de este martes 17 de septiembre, en el cantón del Batallón de Artillería de Campaña N°18, adscrito a la Octava División y localizado en el corregimiento de Puerto Jordán.

La evidencia preliminar recopilada por las autoridades, indica que los subversivos usaron una volqueta cargada de tierra, la cual estacionaron en una vía a 900 metros de una escuela rural. En el volco acondicionaron rampas de lanzamiento para cilindros bomba (ver las fotos) y dispararon 17 de estos artefactos contra la base.

Las bombas destruyeron el techo y los ventanales de varias edificaciones dentro de la guarnición, y causaron heridas a 27 uniformados. Horas después se confirmó la muerte de dos de ellos, los soldados profesionales Julián Patiño Arango y Bayron Andrés Correa Vargas.

Otros siete fueron trasladados a los hospitales militares, mientras que a los demás, que padecieron lesiones menores por esquirlas y aturdimiento, los atendieron en la Sección de Sanidad del lugar.

Escalada terrorista

La información preliminar de Inteligencia apunta a que el ataque fue ejecutado por el frente Domingo Laín Sáez del ELN, comandado por Arturo Archila Rincón, alias “Nacho” o “Raúl”. Este veterano insurgente, quien lleva más de dos décadas en la guerrilla, sigue órdenes directas de Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía (“Pablito”), integrante del Comando Central de ese grupo y quien hace años se esconde en territorio venezolano.

Lo ocurrido en Puerto Jordán fue el clímax de una escalada terrorista en Arauca y Norte de Santander. El pasado 1° de septiembre, en el municipio araucano de Tame, los subversivos acribillaron en un puesto de control vial a los soldados Luis Ángel Pushaina y Jáder Quimbayo Rondón.

Tres días después en el municipio de Salazar, en Norte de Santander, otro ataque con explosivos dejó tres policías heridos. El 7 de septiembre los terroristas destruyeron un tramo del oleoducto Caño Limón - Coveñas que pasa por la vereda El Consuelo, en Saravena, Arauca.

Esta es la segunda vez que el ELN tira a la basura un proceso de paz con el Gobierno mediante un atentado a la Fuerza Pública. El 17 de enero de 2019, cuando todavía seguían vigentes los acercamientos con el presidente Iván Duque, explotó un carrobomba en la Escuela de Cadetes de la Policía General Santander, en Bogotá, situación que dejó 23 muertos y enterró los diálogos.

Este hecho fue recordado por el presidente Petro al momento de anunciar el cierre de la mesa con los elenos. “Es como un eterno devenir, silenciar una parte del pueblo y seguir en guerras y matándonos entre nosotros, una y otra vez”, dijo.

Se esperan los pronunciamientos de los países garantes, que al cierre de esta edición no se habían publicado.

Lo que queda de la “paz total”

Las conversaciones con el ELN eran la mayor apuesta de la “paz total”, el principal proyecto político del Gobierno Petro.

Tras la decisión de levantarse de esa mesa, a la Casa de Nariño le quedan los llamados diálogos sociojurídicos con las bandas del Valle de Aburrá, de Quibdó y de Buenaventura, cuyos avances, a paso de tortura, ni siquiera han llegado a la aprobación de una agenda temática.

De igual manera, las nacientes mesas con la Segunda Marquetalia, el Ejército Gaitanista de Colombia (Clan del Golfo) y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (“los Pachenca”).

Otro proceso que tambalea es el del Estado Mayor Central, una disidencia de las Farc que se dividió en medio de los acercamientos. Ahora el Gobierno solo conversa con el 40% de los frentes de ese grupo, comandados por “Calarcá”, mientras que el resto, a órdenes de “Iván Mordisco”, continúan sembrando el terror en Cauca, Nariño y Valle.

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