Comer mandarinas es la manera perfecta de sentir en el pecho el estallido de alegría de vivir que da ir por el mundo en camisa hawaiana, sin tener que pasar por la vergüenza de ponerse una. Sobre todo, ahora que refresca.

Comer mandarinas es la manera perfecta de sentir en el pecho el estallido de alegría de vivir que da ir por el mundo en camisa hawaiana, sin tener que pasar por la vergüenza de ponerse una. Sobre todo, ahora que refresca.
