La familia Guzmán, aristocracia del narcotráfico en Sinaloa, se debilita bajo el asedio judicial de Estados Unidos. El cruce hace unas semanas de 17 familiares del clan a territorio estadounidense, y la inminente declaración de culpabilidad del menor de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, cabeza familiar, condenado a cadena perpetua en aquel país, dibujan su decadencia. La negociación de Ovidio Guzmán, El Ratón, con la Fiscalía estadounidense, podría dar la vuelta al tablero del narcotráfico en México, por sus posibles revelaciones. Mientras tanto, sus dos medio hermanos, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, siguen embarrados en la guerra en Sinaloa, con la presión del aumento de la recompensa millonaria que la DEA ofrece a cambio de información para atraparlos.