A los 37 años murió Ana María Cuesta León, directora del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación

La Alcaldía Mayor de Bogotá ha emitido un comunicado lamentando profundamente el fallecimiento de Ana María Cuesta León, quien se desempeñaba como directora del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación. La noticia, confirmada por el diario El Tiempo, señala que la joven de 37 años habría fallecido debido a dolencias cardíacas, dejando un profundo vacío en el ámbito de la construcción de paz y memoria en la capital.

La partida de Ana María Cuesta ha generado un sentir de tristeza y solidaridad en la administración distrital. La Alcaldía ha expresado sus condolencias y acompañamiento a su familia, amigos y equipo de trabajo en este difícil momento. Su labor al frente del Centro de Memoria fue fundamental para el desarrollo de iniciativas que buscan sanar las heridas del conflicto y promover la reconciliación en la ciudad.

El alcalde Carlos Fernando Galán manifestó su hondo pesar por la muerte de Ana María, destacando su compromiso y dedicación por más de diez años en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación. Galán resaltó la importancia de su legado y el impacto positivo que tuvo en la vida de muchas víctimas y en la construcción de una sociedad más justa y en paz.

En sus declaraciones, el mandatario bogotano enfatizó que “la mejor forma de honrar a Ana María es seguir trabajando por la dignidad de las víctimas y la construcción de memoria y paz en Bogotá y todo el país”. Estas palabras reflejan la determinación de la administración por continuar con el valioso trabajo que Cuesta impulsó, asegurando que su visión perdure en el tiempo.

El fallecimiento de Ana María Cuesta es una pérdida significativa para Bogotá y para todos aquellos que creen en la importancia de la memoria histórica como pilar para la construcción de un futuro de paz. Su compromiso y esfuerzo seguirán siendo una inspiración para continuar adelante con la labor de reconciliación en la capital colombiana.

Quien era Ana María Cuesta León

Socióloga, con maestría en Estudios políticos y sociales. Era reconocida por su trabajo en el ámbito de la memoria, la reconciliación y la promoción de los derechos humanos a través del arte.

también se había desempeñado como coordinadora de la línea de memorias locales en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación; e integrante del equipo de Contribuciones a la verdad, la convivencia y las garantías de no repetición, de la Dirección de Reparación de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.

Era reconocida además por colaborar estrechamente con organizaciones de víctimas y derechos humanos, desempeñando un importante papel en la movilización y en la edificación de procesos territoriales de memoria en las distintas localidades de Bogotá.

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