Krystena Murray, una estadounidense residente en Savannah (Georgia) de 38 años y dedicada a la fotografía, ha demandado esta semana a Coastal Fertility Specialists, la clínica en la que se sometió en mayo de 2023 a un tratamiento de fecundación in-vitro con donación de esperma para poder ser madre, después de que le implantasen el embrión de otra pareja. Se percató tras dar a luz, al ver el color de piel del recién nacido, pues no se correspondía con el de ella ni con el del perfil del donante que había elegido, con rasgos similares a los suyos: tez clara, cabello rubio oscuro y ojos azules. Esto no le supuso un impedimento para querer hacerse cargo de él. Lo que sí le resultó traumático fue tener que entregar la custodia del niño a sus padres biológicos cinco meses después de su nacimiento.