Una monja paisa asesinada en Ecuador, la nueva Venerable de Colombia: Agnese Arango Velásquez
Resumen: Papa León XIV reconoce tres nuevos venerables, incluyendo una monja colombiana. Agnese Arango Velásquez y un obispo español, martirizados en Ecuador en 1987, avanzan hacia la santidad.
Este resumen se realiza automáticamente. Si encuentra errores por favor lea el artículo completo.
Minuto30.com .- Durante la audiencia celebrada esta mañana con el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Papa León XIV ha autorizado la promulgación de los Decretos que reconocen las virtudes heroicas de tres nuevos venerables en la Iglesia Católica.
Entre ellos se encuentran un obispo español Alejandro Labaka Ugarte y una monja colombiana Agnese Arango Velásquez, ambos asesinados en 1987 por indígenas durante su labor misionera en Ecuador. Su testimonio de fe y entrega en medio de contextos adversos ha sido considerado ejemplo de santidad y dedicación evangélica.
El tercer venerable es un obispo indio, Matteo Makil, fundador de las Hermanas de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María, fallecido en 1914. Su vida fue marcada por una profunda espiritualidad y un compromiso pastoral que lo llevó a dejar una huella significativa en la Iglesia de la India.
Con este reconocimiento, la Iglesia da un nuevo paso en el proceso de canonización de estos siervos de Dios, cuya vida continúa siendo fuente de inspiración para los fieles en todo el mundo.
Agnese Arango Velásquez tenía 40 años cuando, en 1977, participó en la primera expedición misionera de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia en Aguarico, Ecuador. De origen colombiano, nació en Medellín en 1937 y en 1955 ingresó en su congregación, donde completó su formación.
Tras hacer la profesión perpetua, se dedicó durante los primeros años a la enseñanza. Luego, ya en tierra ecuatoriana, se desplazó por diversas comunidades —incluso como superiora— dedicada a la evangelización de los indígenas huaorani, bajo la guía, entre otros, de fray Manuel (Alejandro Labaka). También sor Agnese llegó a conocer la crítica situación de los indígenas tagaeri, en la mira de las compañías petroleras y madereras.
Muertos por defender a los más débiles
Fray Manuel, en su calidad de obispo, decidió que para evitar un enfrentamiento sangriento con los trabajadores mercenarios de las compañías era necesario ir en persona a hablar con los indígenas. A él se unió sor Agnese. Ambos, a pesar de saber del riesgo que suponía entrar en contacto con una tribu hostil a los forasteros, el 21 de julio de 1987 por la mañana, se hicieron llevar en helicóptero a un lugar previamente acordado. Al día siguiente, otro helicóptero volvió para recogerlos, pero durante el segundo sobrevuelo de la zona fueron avistados y luego recuperados sus cuerpos sin vida, atravesados por lanzas y flechas.
Ambos ofrecieron conscientemente su vida en fidelidad a su misión, un testimonio reflejado también en una carta que sor Agnese escribió la noche antes de partir, en la que dejó disposiciones casi como si fuera un testamento. Su muerte tuvo una gran repercusión y hasta hoy se mantiene una fuerte fama de santidad, acompañada por algunos signos.
Los venerables no son beatos
Los venerables son aquellos que han sido reconocidos por su vida virtuosa, mientras que los beatos son aquellos que, además de ser considerados venerables, han sido beatificados por la Iglesia, permitiendo que sean venerados localmente.
Aquí más Noticias Internacionales