Un 18 de julio de 1898: la noche en que Medellín se iluminó y encendió su futuro

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Un 18 de julio de 1898: la noche en que Medellín se iluminó y encendió su futuro

Resumen: La historia de la generación eléctrica en la región nació de la fuerza de sus aguas

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Minuto30.com .- Hoy, 18 de julio, se conmemora un aniversario clave en la historia de Medellín y Antioquia. En una fecha como esta, pero del año 1898, la ciudad vivió una transformación que marcaría para siempre su desarrollo: la llegada de la energía eléctrica. Aquella noche, la vida nocturna, hasta entonces dependiente del fuego de velas y faroles de grasa, dio un salto monumental hacia el futuro cuando 150 bombillos se encendieron por primera vez en el emblemático Parque de Berrío.

El evento fue un espectáculo que atrajo a multitudes, incluyendo a personas de poblaciones cercanas que viajaron solo para presenciar cómo, a las 7 de la noche, la oscuridad era vencida por la luz eléctrica. Este hito no solo significó el reemplazo de los antiguos y tenues faroles, sino que inauguró la prestación del servicio de energía en la ciudad y, con ello, la posibilidad de «usar la noche» de una manera completamente nueva, sentando las bases para el crecimiento social y económico.

La historia de la generación eléctrica en la región nació de la fuerza de sus aguas. La primera planta de Medellín utilizó el caudal de la quebrada Santa Elena, pero el primer gran proyecto de ingeniería llegó en 1921 con la construcción del embalse Piedras Blancas. Ese mismo año, la capacidad energética de la ciudad, ya con dos plantas en funcionamiento, fue suficiente para impulsar uno de los mayores símbolos de su modernidad: el tranvía eléctrico, que comenzó a recorrer las calles junto al suministro para hogares y comercios.

El siguiente gran paso se dio a finales de la década de 1930, cuando Antioquia decidió aprovechar el potencial de uno de sus accidentes geográficos más imponentes: el Salto de Guadalupe. La construcción de la planta de generación en este lugar no solo permitió llevar energía a otros municipios de la región, expandiendo el desarrollo más allá del Valle de Aburrá, sino que también tuvo un impacto ambiental y productivo revolucionario.

Gracias a la energía generada en Guadalupe, sumada a la de las plantas de Medellín, muchas de las grandes empresas del Valle de Aburrá pudieron finalmente apagar para siempre sus contaminantes calderas de humo. Este cambio de matriz energética les permitió producir de manera más limpia y eficiente, consolidando a la región como un polo industrial sostenible y demostrando que la electricidad era, desde entonces, sinónimo de progreso.

Más de un siglo después de aquella primera noche iluminada, y en el marco de los 70 años de EPM, la energía sigue siendo el motor que transforma territorios y conecta vidas. Una historia que comenzó con 150 bombillos en un parque y que hoy sigue encendiendo el futuro de toda una región.

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