Capacitación previa fue clave para detectar el virus en Putumayo antes de que se propagara
La muerte simultánea de tres primates en el corazón del Putumayo permitió a las autoridades sanitarias detectar y contener uno de los brotes de fiebre amarilla más graves registrados recientemente en Colombia.
El hallazgo, documentado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), activó una red de respuesta inmediata que incluyó vacunaciones, monitoreo de vectores y vigilancia en fauna silvestre, evitando así la propagación del virus hacia áreas urbanas.
Este avance fue posible gracias a la formación previa de equipos regionales, quienes aprendieron a tomar muestras biológicas seguras durante capacitaciones realizadas en Tolima. Ese entrenamiento fue clave para identificar el brote a tiempo.
Desde entonces, Colombia ha reportado 114 casos confirmados y 49 muertes humanas por fiebre amarilla en 2025, además de 56 primates fallecidos. El foco más grave ocurrió en Tolima, donde no se registraban casos humanos desde hace más de un siglo.
La experiencia resalta la importancia del enfoque de “Una sola salud”, que integra el bienestar animal, ambiental y humano. También pone en evidencia la necesidad de ampliar la vigilancia sanitaria a territorios que no eran considerados de riesgo, como Tolima o São Paulo en Brasil.
La OPS instó a los países afectados a no ignorar señales tempranas como el hallazgo de monos muertos y a reforzar campañas de vacunación para prevenir nuevas emergencias.
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