La segunda parada de la gira Las mujeres ya no lloran difícilmente será olvidada por Shakira, su equipo de trabajo y su comunidad de fanáticos. Después de su paso por Brasil, Perú se perfilaba como un destino ideal por la conexión que siempre ha tenido con la artista colombiana desde los tiempos en que lucía una cabellera negra color azabache y cantaba Pies descalzos a mediados de los noventa. Pero el reencuentro con el país andino, luego de catorce años, ha sido más bien accidentado.