En redes sociales, un video se hizo viral: se veía a un perro que, supuestamente, había robado un salchichón de un establecimiento D1. Sin embargo, la historia real es otra. Se trata de Lucy, una perrita adoptada cuando tenía dos meses y que hoy, con 10 años, visita diariamente el D1 junto a su compañera de vida, Maria Mercedes Castañeda, para comprar algo de comida y compartirlo con sus hermanos perrunos.
Al principio compraban pollo; otras veces, croissant; pero usualmente es un salchichón de 5.000 pesos, que Mercedes o su amigo humano Jorge Vélez le brindan.

“Nosotros sí nos quedamos tristes porque —y lo aclaramos en los mensajes— no se lo robó. Voy y se lo compro, y ella lo carga. Fue muy mal hecho que dijeran que lo había robado”, comentó indignada María Mercedes.
Mercedes también le contó a MiOriente que Lucy tiene cuatro hermanos perrunos y tres gatunos. Por eso, la perrita fue “designada” para llevar el alimento a la casa o al negocio y compartirlo con todos.
“Ella se queda en el tapete esperando que yo vaya y compre el artículo. Cuando salgo, se lo entrego para que lo cargue y lo lleve a la casa o al negocio. No solo carga el salchichón; a veces le doy croissants, paquetes o chocolatinas, cualquier paquete que pueda cargar”.
Durante el camino de regreso, Mercedes hace varias paradas para alimentar palomas, gallos y gallinas con el maíz que recoge en su lugar de trabajo, una chaza donde vende dulces, chicles y minutos.
“Sí, aquí en el puesto yo alimento gallinas y palomas. También recibimos donaciones: concentrado, dinero, maíz y tapas plásticas”.
Además, también en su puesto de trabajo, Mercedes ha dispuesto un espacio para que cualquier animal pueda alimentarse.
“Tenemos cocas para sacar el alimento cuando llegan los animales y dejamos agua disponible para los perritos. El bebedero se lava a diario y se le pone agua fresca”.
Mercedes aprovechó la viralidad del caso para enviar un mensaje directo:
“Ante todo, respeto por los animales. Son seres vivos que merecen apoyo. Y ahora más que nunca debemos hacer una campaña no a la pólvora, porque ellos sufren mucho. Tengo perritos que se alteran y dejan de comer. No solo los perros: también los gatos y los pajaritos sufren”.









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