Renacer sobre dos ruedas: Egan Bernal y la epopeya del Giro

hace 4 semanas 10

Renacer sobre dos ruedas: Egan Bernal y la epopeya del Giro

Resumen: Esta etapa no entregó a Colombia la Maglia Rosa, pero sí un mensaje poderoso: Egan está hecho de otra pasta. De la que no se quiebra, de la que no se rinde. De la que inspira.

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En el ciclismo, como en la vida, hay momentos que trascienden las estadísticas, los títulos y los trofeos. Momentos que tocan el alma, que inspiran y que gritan con fuerza: “¡Aquí estoy, sigo vivo!” Así se sintió la más reciente actuación de Egan Bernal, el “Niño Maravilla” de Zipaquirá, en una de las etapas más exigentes del Giro de Italia 2025.

Junto a su inseparable compañero y hermano del alma, Brandon Rivera, Bernal se lanzó a una gesta que parecía salida de una novela de caballería. Como dos mosqueteros, cabalgaron las carreteras polvorientas del Giro, donde el calor, la dureza del terreno y la presión del pelotón no dieron tregua. Allí, en medio de la épica, se encendió la llama de un ataque valiente, una apuesta por la historia y por los sueños que nunca se abandonan.

Los colombianos no estaban solos en la contienda. Desde México, un joven llamado Isaac del Toro, con la fuerza de los que no conocen el miedo, se coló en la pelea y logró lo impensado: cruzar segundo en la etapa y vestirse con la Maglia Rosa, convirtiéndose en el primer mexicano en lograrlo en las 108 ediciones del Giro. Un hecho que marcó un hito para el ciclismo latinoamericano.

Pero esta crónica no es solo del que lidera la general. Es también, y sobre todo, del que vuelve.

Porque Egan Bernal no solo pedalea contra los rivales. Pedalea contra las secuelas de un accidente que estuvo a punto de costarle la vida. Pedalea contra los pronósticos que lo daban por retirado. Contra los dolores que muchos no ven. Y sin embargo, ahí está: altivo, concentrado, valiente. No ganó la etapa, pero ganó algo más importante: la certeza de que está de regreso.

El público lo sabe. Sus rivales lo sienten. Bernal ha recuperado la confianza, la chispa, la agresividad que lo llevó a conquistar el Tour de Francia en 2019 y el Giro de Italia en 2021. Ahora, con una madurez más profunda, con cicatrices visibles e invisibles, vuelve a sonreír sobre la bicicleta.

Esta etapa no entregó a Colombia la Maglia Rosa, pero sí un mensaje poderoso: Egan está hecho de otra pasta. De la que no se quiebra, de la que no se rinde. De la que inspira.

Y así, entre paisajes italianos cubiertos de polvo, esfuerzo y leyenda, se sigue escribiendo la historia.
El Giro no ha terminado.

La montaña espera.

Y Colombia… aún sueña con ver a su hijo pródigo levantar los brazos otra vez.

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