Quién salvará a Colombia?

hace 1 mes 16

Quién salvará a Colombia?

Resumen: La llegada de Uribe Londoño, abre una nueva vía emocional y simbólica en la política Colombiana: un legado enaltecido por el sacrificio de su hijo. Pero, ¿qué posibilidades reales tiene?

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La tragedia que estremeció al país hace apenas dos semanas, el asesinato del senador y precandidato Miguel Uribe Turbay, quien fallecío luego de 2 meses de haber sido internado en la clinica santafé por haber sido victima de un atentado, el 11 de agosto de 2025, ha encendido un dolor profundo en el uribismo y en todos los partidos políticos asi como en amplios sectores ciudadanos. Frente a este vacío, surge una figura inesperada: Miguel Uribe Londoño, su padre, quien ha sido aceptado como nuevo precandidato presidencial del Centro Democrático para entrar formalmente en la consulta interna que definirá al abanderado oficialista.

Su postulación, respaldada por unanimidad por su familia y aplaudida por el partido centro democratico, fue anunciada el 22 de agosto de 2025, apenas once días después de la muerte de su hijo. Desde entonces Uribe Londoño, se ha comprometido a participar plenamente en el proceso interno y asistencia  debates y actividades que culminará entre diciembre de 2025 y enero de 2026, mediante encuestas internas e internacionales.

Recordemos que la contienda del uribismo ya contaba con figuras como Paloma Valencia, María Fernanda Cabal,Paola Holguín y Andrés Guerra, todas con sólida trayectoria y visibilidad Cada una representa un estilo político distinto: desde el radicalismo de Cabal hasta el enfoque moderado y firme de Paloma Valencia, sin olvidar el perfil territorial de Guerra.

Analicemos esta situación, la llegada de Uribe Londoño, abre una nueva vía emocional y simbólica en la política Colombiana: un legado enaltecido por el sacrificio de su hijo. Pero, ¿qué posibilidades reales tiene? Y ¿Qué grado de credibilidad podría tener Miguel Uribe Londoño, como precandidato?

Su postulación tiene peso emocional y simbólico: representa la continuidad del legado de Miguel Uribe Turbay, un precandidato con gran aceptación entre base la base uribista. Además recordemos que su trayectoria es modesta pero reconocida ya que fue concejal en los años ochenta y senador en el año (1990–1991), además de presidente de la Federación Nacional de Cacaoteros; aunque estuvo involucrado en un caso judicial, fue absuelto y declarado inocente en dicho proceso.

Por otro lado, escuchando los discursos que ha dado en los úñtimos días, hemos visto que su discurso es empático y centrado en la seguridad y en el dolor nacional lo cual ha generado una narrativa poderosa: “Callaron a Miguel, pero no podrán silenciar la voz de millones”;  que genera lo que se dice en política un llamado al levantamiento de un nuevo liderazgo.

Ahora en la actualidad no existen aun encuestas actualizadas de los precandidatos presidenciales, incluido Miguel Uribe Londoño, asi que no sabemos con certeza cual es el nivel de aceptación, así que cualquier estimación sería especulativa. Sin embargo, en este tipo de precandidatura, el impacto emocional combinado con la movilización partidista, podría traducirse o reflejarse en en cifras competitivas, especialmente si logra capitalizar redes y medios territoriales y lograr así un respaldo simbólico, pero podríamos sugerir hipotéticamente que podría alcanzar entre un 20 % y 30 % de intención de voto dentro del uribismo, con posibilidades de subir más en términos porcentuales, si logra articular una narrativa coherente con la de unidad y esperanza que es lo que quieren las bases y la mayoria del pueblo Colombiano.

Por otro lado, analicemos otros puntos positivos de la campaña de Miguel Uribe Londoño, como precandidato presidencial, mantiene vivo el sentimiento por Miguel Uribe, lo que puede movilizar simpatizantes desencantados o dolidos por lo que le sucedió a Miguel Uribe Turbay, tambien proyecta una figura conciliadora, comprometida con la seguridad y la dignidad, capaz de atraer tanto al núcleo uribista como a sectores moderados que busquen reconciliación. Ahora bien, para poder lograr la candidatura presidencial, internamente, deberá superar la base radical de María Fernanda Cabal, y la moderación y firmeza de Paloma Valencia, el enfoque conservador de Paola Holguín y el territorial de Andrés Guerra.Para posteriormente, si lograr ganar la consulta interna, será confrontado con candidatos de otros bloques opositores, como figuras del Pacto Histórico (por ejemplo, Gustavo Bolívar, Carolina Corcho, Daniel Quintero y precandidatos por firmas como Mauricio Cárdenas o Vicky Dávila en la derecha independiente y en un duelo general, su fortaleza provendría de canalizar el sentimiento de pérdida y la idea de recuperación, posicionándose como el candidato que emerge del sacrificio personal la coherencia y que habla desde el dolor, con credibilidad para liderar el cambio.

Finalmente, con base en lo que analizamos anteriormente, Miguel Uribe Londoño ha irrumpido en la contienda presidencial colombiana envuelto en una narrativa emocional potente. Su credibilidad si bien difícil de cuantificar se traduce en esperanza, simbolismo y una apelación directa al legado de su hijo Miguel y a la unidad del uribismo y para competir eficazmente necesita equilibrar esa fuerza simbólica con una estrategia política clara, una comunicación efectiva en debates, y un liderazgo que trascienda la emocionalidad hacia propuestas tangibles para solucionar los distintos problemas que aquejan al pueblo Colombiano.

En definitiva, su salto no es solo por herencia, sino temáticamente por la convicción de que, tras el dolor, pueda surgir una Colombia más segura y digna.

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#UNETEALACAUSA
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