¿Quién inventó el agua?

hace 2 semanas 11

¿Quién inventó el agua?

Resumen: Medellín y el agua: De quebradas a caños, una historia de transformación y riesgo. Un artículo que explora la relación de la ciudad con sus fuentes hídricas, la importancia de la geografía y las consecuencias de la intervención humana.

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Teniendo en cuenta las lluvias de los últimos meses con sus estragos, catástrofes e inundaciones, vino a mi mente el tema del agua. Recuerdo que un día en clase de posgrado uno de los profesores nos dijo que antes de la creación del universo el agua ya existía, razón suficiente para asegurar que dios no la creó, su basamento teórico fue el primer capítulo del génesis, versículo dos: “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Debo admitir que en asuntos religiosos me declaro respetuoso de la libertad de cultos y creencias, de ahí que mí preocupación no está en quien la haya creado sino en el misterio que encierra tan preciado líquido, por ejemplo, nadie, absolutamente nadie, por más sabio e inteligente que sea puede crear agua, esta hace parte de un ciclo natural, así me lo enseñaron en la escuela. La importancia del agua para la vida no necesita explicaciones, basta con decir que es el elemento más abundante del planeta tierra y, del cuerpo humano, tan simple como decir que todo líquido primero fue agua. Poco a poco se nos ha ido advirtiendo sobre la futura escasez del agua y, como siempre no prestamos atención al asunto, nos parece algo irrelevante.

Siguiendo con el tema y algunas anécdotas quiero agregar que, siendo un niño inquieto y ávido de conocimiento, le pregunté a mi padre por qué algunos hablaban de quebradas, mientras otros les decían cañadas; ¿cuál es la diferencia?  Con esa sabiduría de aquellas generaciones que poco fueron a la escuela, pero que sabían más que cualquier joven de hoy recién graduado, mi padre me respondió; “una quebrada es el paso estrecho y profundo entre las montañas donde casi siempre corre un arroyo o riachuelo, es decir, donde se quiebra la montaña, y, una cañada es un caño donde se vierten las aguas sucias que salen de las casas, la quebrada es limpia, la cañada es sucia”. Cómo no entender lo que decía mi padre, si muy cerca a la casa había una cañada donde la gente tiraba las basuras; recordé que en los años setenta del siglo anterior, Medellín seguía creciendo y muchas cañadas las fueron tapando o desapareciendo y encima se construyeron casas y luego edificios.

Según datos oficiales, la ciudad de Medellín está construida sobre más de cuatro mil doscientas quebradas, muchas de ellas convertidas en caños, las entamboraron, las desviaron, les echaron cemento encima y ya, listo el terreno para hacer urbanizaciones. Es de anotar que las quebradas-cañadas más nombradas en la ciudad pueden ser la quebrada Santa Elena, la Iguaná, la Picacha, la Hueso, la Presidenta, entre otras muchas más, algunas de ellas han sido protagonistas de desastres albergando en sus cauces los restos de casas destruídas. Olvidaron quienes taparon las quebradas que los ríos y las quebradas tienen memoria, nunca olvidan su cauce. La ola invernal que estamos viviendo en los últimos meses, nos muestra lo húmedos y saturados que están los suelos, de ahí los derrumbes que hoy les dio por llamar movimientos en masa, como si cambiándole el nombre el riesgo disminuyera.

Como dato curioso quiero recordar que las grandes fábricas de la ciudad; la industria en general, se desarrolló al lado de las quebradas; las fábricas de cerveza y gaseosas necesitan del agua al igual que la industria textil, la siderúrgica, las licoreras entre otras muchas más, por ello se instalaron donde había fuentes de agua. Lo paradójico es que mientras la industria crecía, la ciudad se contaminaba y las quebradas se fueron convirtiendo en caños; a la par los habitantes de la ciudad aumentaban y aumentaba la contaminación de las aguas. Pensando en este tema, antes de escribir, le pregunté a tres jóvenes universitarios si ellos sabían dónde está ubicado el Glaciar Santa Isabel, de inmediato respondieron que no sabían. Claro, hace rato que en colegios y escuelas se dejó de enseñar la geografía colombiana, nuestros jóvenes hoy, difícilmente se saben orientar, eso sí, saben muy bien donde están las discotecas y otros lugares más, pero de geografía nada de nada. Alcancé a decirles que el año 2025 fue declarado el año internacional de la preservación de los glaciares y, les dejé la duda acerca de la ubicación del Glacial Santa Isabel.

Para terminar, me inquieta saber que en un principio todo era de todos, pero no faltó el astuto, el avispado, el ventajoso que cercando grandes extensiones de tierra dijo: ¡esto es mío!, y los demás tontos le creyeron, fue entonces cuando en ese “estado de naturaleza”, en que vivía el hombre primitivo, empezó la tierra a tener dueños. Hoy, el agua tiene dueños y la cobran bastante costosa, suena irrisorio pero las empresas de acueducto dicen que ellas nos son dueñas del agua, sino que la potabilizan y la transportan por tuberías de su propiedad. Sea de nuestro interés o no el tema, queda claro que en ninguna parte del planeta tierra hay vida sin agua.

Pd; “Habrá sanciones por las obras en los Balsos, -Las Palmas, el Poblado-: invadieron cauces y desviaron aguas. En la parte alta de la montaña incumplieron la normatividad, invadieron los cauces de las quebradas causando represamiento y desvió de aguas”. (El Colombiano mayo 29 de 2025 página 4).

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