¿Qué seleccionar entre lo señalado como método de la Bioética?

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Tal vez los procedimientos del trabajo Bioético sean tan variados como las personas, pero a la hora de prever la calidad de los resultados desde el referente del pleno desarrollo humano, parece mejor elegir pocos métodos, jerarquizando y sintetizando, con un enfoque de apertura a la realidad, contemplarla, asumirla y, si es posible, mejorarla. Algunos modos de trabajar la Bioética son el secular, global, interdisciplinario, prospectivo y sistemático.

La Bioética es secular porque construye con el aporte de personas de todas las cosmovisiones, saberes, credos y culturas. Guy Durand en su libro “La Bioética”, señala que este enfoque no quiere decir que los creyentes no tengan voz ni voto en el asunto, ni que deban arrinconar su fe al igual que no se pide al resto de ciudadanos que mantengan sus postulados ideológicos al margen. Pero se les pide que, como la Bioética es parte de la Ética, que es una especialidad de la Filosofía, los aportes que hagan sean racionalmente sostenibles, argumentables, no dogmáticos ni míticos.

Esto se logra verificando el método antes, durante y después de las decisiones y acciones, al contrastarlo con las perfecciones constituyentes de cada ser humano.

El rasgo secular de la Bioética se nota en el reconocimiento a todos, de sus aportes racionalmente sostenibles y sus decisiones y acciones lógicamente argumentadas.

La secularidad se manifiesta en el respeto a cada ser humano, incluyendo sus convicciones de conciencia, religiosas, políticas o de otra índole, que se nota en que las puedan exponer y debatir libre, tranquila y solidariamente, en lo que tengan que ver con la Bioética.

Por secular el trabajo Bioético se vive con pluralismo, de modo coherente con la sustentación antropológica racional y según los avances del conocimiento y la conducta.

Este método de la Bioética lleva a que se reconozca lo racional y científicamente acertado de cada persona, familia, institución, Estado, credo religioso, cultura y generación.

La Bioética es global; en una conferencia que Van Rensselaer Potter presentó en Tokio y que la Organización Panamericana de la Salud OPS publicó en su primera colección de revistas sobre esta diciplina, en el volumen 7 de Cuadernos del Programa Regional de Bioética, con el título “Bioética puente, Bioética global y Bioética profunda”, se lee que la Bioética está “[…] basada en intuiciones y razonamientos sustentados en el conocimiento empírico proveniente de todas las ciencias, pero en especial del conocimiento biológico. En esta observación utilizo la palabra empírico en el sentido usual: el conocimiento empírico es el conocimiento basado en observaciones o experimentos que son independientemente verificables. En la actualidad, este sistema ético propuesto sigue siendo el núcleo de la Bioética Puente con su extensión a la Bioética Global, en la que la función de puente ha exigido la fusión de la ética médica y de la ética medioambiental en una escala de nivel mundial para preservar la supervivencia humana.”

En la misma conferencia señaló Potter que “La Bioética Global insiste en que los eticistas médicos consideren el significado original de la bioética y que extiendan sus pensamientos y actividades a las cuestiones de salud pública a nivel mundial”.

Pero para que la Bioética sea realmente global, hace falta que se tenga en cuenta a cada ser humano en su totalidad física y espiritual; así se logra un análisis más completo de su ser y su contexto, que es necesario conocer para lograr plenamente el desarrollo humano individual, familiar y social, integral y pleno, actual y de las generaciones futuras, en el contexto de las características y posibilidades naturales de cada uno y en un medio ambiente sano. Esto coincide con las nociones de humanidad, dignidad, responsabilidad y prudencia de la legislación bioética, según la Ley 1164 de 2007 de Colombia.

Para el japonés Koïchiro Matsuura, quien dirigía la Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura UNESCO, cuando publicó la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos humanos, esta Declaración “[…] fundamenta los principios en ella consagrados en las normas que rigen el respeto de la dignidad de la persona, los derechos humanos y las libertades fundamentales.” Con esto queda claro que la ONU reconoce en este documento del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, que la Bioética abarca a todo el ser humano que es cada miembro de nuestra especie, durante su vida entera. Es probablemente el modo más completo de entender el aspecto global de la Bioética, por qué, sin función del reconocimiento del bien que es cada uno, como se promueve el cuidado de la naturaleza a la que tiene necesidad y, por lo tanto derecho, porque la requiere sana y completa en su dinámica propia, para su pleno desarrollo y el de las generaciones futuras.

Para lograr un trabajo bioético con el método global, puede servir realizar consideraciones críticas constructivas de los significados que son la base del pensamiento y la acción, como los de ser humano, persona, familia, comunidad, sociedad, Estado, naturaleza, Bioética y la Biofamilia.

También ayuda proyectar pensamientos y actividades, al pleno ejercicio y goce de los derechos humanos fundamentales y del desarrollo integral, en todas las etapas y circunstancias de la vida de cada miembro de la familia humana, en especial de los más vulnerables.

En la línea de Potter, sigue pareciendo cada vez más necesario procurar la unidad entre la Bioética medioambiental de largo plazo y sus orientaciones de corto y mediano plazo, a nivel Global, garantizando que los medios de supervivencia y desarrollo humano sean siempre sostenibles y perfeccionados.

El aspecto global del método bioético requiere tener en cuenta a cada ser humano en su unidad y totalidad física y espiritual, su contexto familiar y social, biografía, proyección espaciotemporal, relación con los demás seres de su especie y con su entorno natural y artificial.

Respecto a la interdisciplinariedad del trabajo Bioético, Fritz Jahr, considerado el padre de la Bioética, acuñó la palabra “Bio-Ethik” en 1927, en su escrito interdisciplinario “Bioética: Una revisión de las relaciones éticas entre los humanos, los animales y las plantas”, publicado en la revista alemana Kosmos. Luego Van Rensselaer Potter en Estados Unidos, probablemente sin conocer la obra de Fritz Jahr, usó de modo interdisciplinario el término Bioética en 1970, en su artículo “Bioética: la ciencia de la supervivencia” publicado en la revista Perspectiva en Biología y Medicina, del que en 1998 en una conferencia en Tokio, señaló: “Bioética Puente es una expresión abreviada para la visión que cristalicé cuando acuñé el término en el año 1970. (…) Se utiliza la palabra puente ya que la bioética era vista como una nueva disciplina que forjaría una unión entre la ciencia y las humanidades, o con mayor precisión, un puente entre la ciencia biológica y la ética, por consiguiente: “BIO – ÉTICA”. En ambos autores el método interdisciplinario está desde el inicio de la Bioética.

Esta interdisciplinariedad es creciente en la actualidad; en la voz “Neuroética” de la enciclopedia virtual Philosophica se confirma que la interdisciplinariedad es una exigencia intrínseca de la actividad científica porque previene contra el “reduccionismo que privilegia una determinada forma de entender la ciencia y la experiencia —que habitualmente será la forma científica empírica— y que desecha las otras formas de experiencia (la artística, la moral, la religiosa, la emocional, etc.) como ilusorias. Pero como estas últimas, al ser evidentes, no desaparecen tan fácilmente y se resisten a ser encajadas en los moldes del método matemático y mecánico de la ciencia moderna, lo que termina sucediendo es que aparecen profundas contradicciones, muchas de las cuales se perciben hoy con gran claridad. Contradicciones o paradojas que surgen entre vivencias muy heterogéneas que reclaman una verdad unitaria que englobe y comprenda las diferentes esferas vitales y las diversas ciencias particulares.”

Entre los pasos o procedimientos que se siguen para desarrollar, aplicar y mantener la Bioética, también está el método prospectivo; según Guy Durand en su libro “La Bioética”, este saber tiene en cuenta “[…] todo el pasado, aporta al presente con nuevas reflexiones que facilitan la vida actual y futura, a corto, mediano y largo plazo.

Potter afirmó en su conferencia de 1998 en Tokio, publicada por la OPS, que “Los eticistas médicos están obligados a considerar no sólo las decisiones clínicas cotidianas, sino también las consecuencias a largo plazo de las acciones que recomendaron o que dejaron de considerar.”

Para Natalia López Moratalla (Doctora en Ciencias Biológicas) y Consuelo Martínez Priego (Filósofa y PhD en Psicología), “La naturaleza humana es la dotación natural: el cuerpo y sus funciones vegetativas, las potencias sensibles, los apetitos, las potencias superiores de inteligencia y voluntad, las diversas manifestaciones humanas”.

Reconocer la realidad que es el espíritu como perfección constituyente con el cuerpo, de cada ser humano, se requiere capacidad prospectiva, porque sus manifestaciones de que es una realidad simple llevan a concluir que cada ser humano en cuanto cuerpo caduca, pero en cuanto espíritu no termina, porque esta perfección no tiene partes, no se descompone y esto da una perspectiva infinita al impacto y a la responsabilidad ética de toda decisión libre.

Como criterio para elegir los métodos bioéticos, un referente es procurar un pluralismo que blinde lo más posible del error. El método prospectivo se requiere para que el trabajo bioético sea completo y se logre el desarrollo humano pleno.

La Bioética es también sistemática, pretende organizarse como una reflexión rigurosa que tenga coherencia para facilitar la concordancia de las personas con lo que se concluye como probablemente acertado.

La sistematicidad hace que sea una disciplina estructurada con orden jerárquico de valores –bienes o perfecciones en cuanto reconocidos–, para facilitar la plena unidad entre pensamiento, actitud, expresión y acción.

Con este método la Bioética se desarrolla con base en un plan ordenado altamente coherente, para facilitar la concordancia de las personas con lo que les sea probablemente más perfeccionante.

La sistematicidad requiere definir bien los valores, jerarquizarlos y armonizarlos, para facilitar la concordancia de las personas, con lo que se concluye como probablemente más acertado, que permite que los principios sean completos y coherentes, para facilitar las propuestas, decisiones y acciones libremente responsables, que serán las más perfeccionantes, en primer lugar para quienes las realizan y reciben y sus familias y generaciones futuras, y luego para su entorno social, natural, artificial.

Trabajados así los valores y principios, se crean, confirman y renuevan las normas –derechos y deberes– para que sean más justas y completas, y faciliten la convivencia respetuosa y solidaria con todo ser humano actual y futuro, en un entorno sano.

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