Planes de vivienda de Antioquia demandarán $10 billones a 2027

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Con un déficit de vivienda de unas 571.000 unidades, la apuesta de la Empresa de Vivienda de Antioquia (Viva) es reducir este número y lograr que de aquí al año 2040, con el compromiso de los próximos gobiernos seccionales, se llegue a cero.

En diálogo con EL COLOMBIANO, el gerente de Viva, Rodrigo Hernández, precisó que el déficit cuantitativo o de vivienda nueva es de 137.000 unidades, y el cualitativo o de mejoramiento corresponde a 434.000.

Entre las metas de la actual administración están levantar 50.000 viviendas nuevas e impulsar la ejecución de 100.000 mejoramientos. Pero, en tiempos en que las tasas de interés siguen altas y el sector inmobiliario advierte que muchas familias interesadas en comprar casa desisten, porque no alcanzan el llamado cierre financiero, ¿qué puede hacer Viva?

Hernández responde que una de las estrategias implementadas es “Viva mi casa por aportes complementarios”, que tiene dos propósitos: frenar los desistimientos y servir de muro de contención ante los pocos subsidios de Mi Casa Ya que le están llegando al departamento.

“Lanzamos un plan rescate que contiene un aporte complementario de $9,1 millones para familias que están en proyectos de Vivienda de Interés Social (VIS) y $13 millones a familias que están en proyectos de Interés Prioritario (VIP), que hace que se obtenga es cierre financiero y se evite el desistimiento”, precisó.

La iniciativa está mostrando resultados: entre junio, julio y agosto, los desistimientos que alcanzaron hasta 145 por mes han bajado a 77. “Eso es producto del aporte complementario que hemos dado a 789 familias durante este año. Los recursos suman $7.300 millones que le hemos puesto a la economía, para que los constructores terminen sus proyectos y las familias cumplan el sueño de tener vivienda propia”, dijo.

Iniciativa billonaria

Los planes de vivienda del actual gobierno departamental demandarían recursos por $10 billones, que deberán aportar no solo la Gobernación de Antioquia, a través de Viva, sino que incluirá recursos de regalías y de los municipios. Para eso será primordial la actualización del catastro que hoy se está haciendo en varias localidades, lo que derivará en un mayor del recaudo.

“Así, los gobiernos departamental y municipales se pondrán de acuerdo para que parte de esos recursos vayan destinados a financiar vivienda nueva. Otra parte corresponderá al crédito y otra a las cajas de compensación. De este modo, el valor de las viviendas VIS, VIP, rurales y los 100.000 mejoramientos sumarían $10 billones, que sería un derrame que se daría durante estos cuatro años y generaría aproximadamente 415.000 empleos, entre directos e indirectos”, enfatizó el gerente de Viva.

El plan para campesinos

En cuanto a vivienda rural, la puesta es grande con un estimado de en el cuatrienio de más de 5.000 unidades. Para quienes tengan el lote, Viva aportará recursos de cofinanciación, y sumará sus esfuerzos con las cajas de compensación y las alcaldías.

“De esto se empezaron este año algunos proyectos, como la construcción de Karmata Rúa, un resguardo indígena ubicado en Jardín”, anotó Hernández, quien agregó que en noviembre se iniciará un proyecto de 109 viviendas rurales en Dabeiba.

“Para estas iniciativas el cierre es diferente, y tendremos que hacer el esfuerzo con entidades asociadas como el Comité de Cafeteros, fundaciones y organizaciones que hagan aportes. Nosotros comprometeremos recursos para hacer la cofinanciación, y los grandes aliados serán las cajas de compensación familiar”, comentó Hernández.

Atraer a los constructores

Si bien parte del esfuerzo de Viva se centra en levantar vivienda tipo VIP, uno de los interrogantes es como convencer a las constructoras para que se involucren en estos proyectos.

“No ha sido fácil y tengo que decirlo, porque no es lo mismo cuando se invita a las constructoras a levantar VIS donde el margen de rentabilidad es un poco más alto a invitarlos a hacer VIP”, reconoció el líder de la entidad.

No obstante, sostuvo que el gobernador Andrés Julián Rendón y Viva formularon un modelo que es viable, tanto en el cierre financiero para que el constructor no pierda, como para las familias. Para este año, la meta de Viva es dejar viabilizada al menos la construcción de 6.000 viviendas nuevas.

Pero, ¿cómo se van a impulsar las 44.000 restantes para cumplir los objetivos del gobierno departamental? Para Hernández, la tarea es clara: “Aquí tenemos que seguir motivando los aportes complementarios: este año vamos a terminar en 1.000 viviendas viabilizadas. Será indispensable que se den préstamos a los privados, es decir, no todo va a depender de los subsidios que otorgue el departamento, sino que juegue a favor todo lo que se haga en promoción del uso del suelo o aportes del crédito a través de las fintech”.

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