Ozzy Osbourne, leyenda del Heavy Metal, murió de un paro cardíaco, según precisa su certificado de defunción, presentado en Londres, al que ha tenido acceso The New York Times. El texto también confirma que padecía párkinson y una enfermedad coronaria, que contribuyeron al fallecimiento. Así se leen en el texto las causas de muerte: “(a) Paro cardíaco fuera del hospital (b) Infarto agudo de miocardio (c) Enfermedad de la arteria coronaria y enfermedad de Parkinson con disfunción autonómica (causas articulares)”. En el mismo documento la profesión de Osbourne figura como “compositor, intérprete y leyenda del rock”.