Sobre el ya tradicional dilema de si la ficción supera a la realidad, o viceversa, está claro que es la realidad la que triunfa: ninguna serie, y hubo varias, sobre grandes apagones superó el que hubo el lunes en la península Ibérica, sobre todo porque lo ocurrido en España y Portugal se desarrolló en tiempo real, mientras que el cine tiene la capacidad de utilizar el tiempo a su antojo. De una escena a otra pueden pasar años pero recorrer en un coche un par de kilómetros en una gran ciudad pudo durar 90 minutos, el equivalente a un largometraje. Del cine y la vida, y de otras muchas cosas, dejó constancia Woody Allen en su La rosa púrpura del Cairo.