La maternidad nunca ha sido un tema sencillo para Nicole Kidman. La actriz adoptó dos hijos durante su década de matrimonio con Tom Cruise y sufrió dos abortos naturales durante esa relación: en 1990, con 23 años y recién casados, y en 2001, con 34, mientras se divorciaban. “No se habla lo suficiente de la pérdida por un aborto natural. Es un dolor inmenso para muchas mujeres”, decía la intérprete en 2018 a la revista Tatler. Mantiene además una relación complicada, casi nula, con Isabella y Connor, quienes prefirieron quedarse con el protagonista de Misión imposible tras la separación y que practican la Cienciología —en la que Kidman es considerada una persona enemiga—. Con su segundo marido, el cantante Keith Urban, tiene dos hijas: Sunday Rose, nacida en 2008, y Faith Margaret, nacida en 2011 por vientre de alquiler. Tras estas experiencias, no es difícil entender que Kidman y Urban sean los padres cautos y puede que estrictos que han sido con sus hijas, a quienes han educado desconectadas de la tecnología. “No tienen móvil y no les permito usar Instagram”, relataba la actriz en 2019 a Vanity Fair, reconociendo que eso le convertía en “una madre poco popular”.