Nike ya no es el más rápido en la pista. La compañía estadounidense de ropa deportiva sigue inmersa en un plan para reverdecer los viejos laureles económicos. La mayor empresa de zapatillas del mundo dio un giro a su estrategia de negocios y colocó a Elliot Hill como consejero delegado con el mandato de reflotar el grupo sumido en una crisis de negocio.