Todo el mundo se fijó en la imagen de un niño con nombre de producto tecnológico X Æ A-Xii en el Despacho Oval junto a su padre Elon Musk y Donald Trump. Pero donde la mayoría vio a un menor de cuatro años, el presidente de Estados Unidos vio a “un individuo con un alto coeficiente intelectual”. La descripción podría pasar como una frase excéntrica más del mandatario republicano, pero sus palabras esconden una parte de un acalorado debate sobre la natalidad que crece en manos de la extrema derecha y los líderes de Silicon Valley.