
“La justicia social es un deber inherente del Estado, que debe actuar en ayuda y apoyo de los más pobres”, dice el arzobispo Marcelo Colombo (Buenos Aires, 64 años), elegido por los obispos como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, es decir, como la máxima autoridad de la Iglesia católica en el país. Su mera definición sobre la responsabilidad estatal frente a la sociedad deja claras sus diferencias con el Gobierno ultraderechista: para Javier Milei, justicia social es sinónimo de “robo” y “aberración”. No son las únicas diferencias. Sin dudas y sin estridencias, el sacerdote cuestiona que el orden económico se persiga “a costa de los más vulnerables” y critica la “falta de empatía” y la “exacerbación de un discurso de crueldad”.